Narra Samuel:
Estaba temblando aunque no resultara muy notorio para los demás. Un nudo se había atado en mi garganta provocando que una lágrima recorriera mi mejilla, estaba asustado por completo, tantas cosas dentro de mi atacaban como afilados cuchillos.
-Perdón- masculle al oído de Estefi mientras aun ocultaba mi rostro en su hombro. Ella solo contesto mi abrazo con pena.
-¿Qué esta pasando?- pregunto mi padre confundido pero con un gran tono de preocupación.
Me aparte de mi hermana secando mis lagrimas, fueron pocas las que derrame pero habían dolido como nunca. Me senté en la silla mas cercana y apoye mis brazos sobre la mesa mientras miraba abajo con cierta desconfianza ¿qué debía decirle a mi papá?
-Samuel...debes decirnos algo- hablo con dulzura mi madre.
-¿Qué le paso a Estefi?- pregunte asustado. Mi padre lanzo un suspiro y pude sentir como me miraba esperando que yo hiciera lo mismo.
-La amenazaron. Le dijeron que se cuidara o podía salir herida, que todo sería por tu culpa ¿En que estas metido?- cerré mis ojos con fuerza sabiendo de quien venía esa amenaza. Efectivamente era mi culpa, todo por besarle, por no aguantar quererlo cerca, por el simple hecho de quererlo. Nunca llegue a pensar lo doloroso que podía ser amar a alguien.
Me arme de valor y alce la vista, no podía decir la verdad pues podría salir todo peor así que tuve que ingeniarme alguna otra historia. Al menos esta me haría sentirme un poco más libre pues al final no era totalmente una mentira.
-Yo...- Mire a mi padre pensando en todo lo que hemos hecho juntos, en todo lo que hemos hablado y sentí el miedo atarse en mis brazos, presionándolos, cortando mi circulación, viajando hasta mi cabeza con ideas, expectativas, decepciones, creando millones de momentos irreales que eran posibles. Todos ellos tratando de hacerme retroceder como un cobarde, de huir sin siquiera buscar una solución. Pero entonces, justo en ese momento donde creí que sería vencido por aquel gran temor, entendí que me estaba dejando intimidar por mis propios pensamientos y realmente no debía tenerles miedo porque exactamente eso eran: ideas, pero nunca una realidad. Así que hable.
-Yo soy gay.
Al principio nadie dijo nada y no tarde en volver a percibir como mis inseguridades me atacaban, aunque esta vez sin exito. Sé que igual eso no es lo que esperaban escuchar pues no tenía sentido con lo que pasaba, al menos no hasta que les "explicara"
-No sé quien, ni como se entero de que lo era- y empece la mentira -...entonces por maldad me obligo a decirle a ustedes porque sabe que no lo aceptan y aquello sé que le habría hecho muy feliz. No me atreví a hablar porque no creí que fuera capaz de hacerle daño a mi hermana pero si que lo fue y por eso fue tras Estefi. Así que si, soy gay- suspire tragándome lo que en verdad era mentira y dejando en el aire lo que no.
En ese pequeño minuto de silencio pude ver a mi hermana sonreír ligeramente, era una sonrisa de orgullo. Supongo que espero mucho por oírlo salir de esa forma de mi boca. Mi madre en cambio miraba a mi padre esperando una reacción y yo solo deseaba que él no me fuera odiar
-No lo puedo creer- hablo mi padre con un tono de enojo en la voz, observe mis manos sudar esperando que continuara, creo que lo había decepcionado por completo -seguramente la persona que te hizo hablar debe estar muy decepcionado- mire con confusión a Estefi quien parecía igual de desconcertada que yo.
-¿Por qué estaría decepcionado?- me atreví a preguntar.
-Porque eres nuestro hijo y te amamos. No sé que no podría aceptar de ti si eres increíble- una sonrisa se dibujo en el rostro de todos, por un momento toda la tristeza en mi desapareció. Me levante a abrazar a todos, básicamente un abrazo grupal. Estaba tan sorprendido de que no le molestara de ningún modo, honestamente no habría sabido que hacer si él pensara de otra forma y que aquello me lo arrebatara.
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¿Morir?-Wigetta-
FanficEsta historia no se aleja de una realidad, hemos leído y hablado acerca de miles de relatos de amor, conocemos casi cada probabilidad de lo que llega a suceder durante todo el transcurso pero Guillermo no sabe nada de historias de amor, la suya fue...