¿Morir? Cap.28

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Narra Samuel:

Cuando fui por Perla a su casa para irnos a la fiesta me sentí extraño, el último momento que pase con Guille en el parque no abandono mi mente gran parte del día, pero por algún motivo la plática que tenía constante con ella en el viaje logro distraerme.

La fiesta estaba siendo estupenda a mi parecer, sin embargo cuando llegaron Guille y mis amigos ella me suplico no dejarla hasta que me contara algo importante que le costaba trabajo decir, realmente no podía imaginar que era a lo que se refería cosa que me convenció de quedarme otro rato.

A pesar de que me quedaría otro tiempo a lado de ella no pude evitar saludarlo.

Hablar con Guillermo y verlo sonreír por darle refresco en vez de cerveza me hizo sentir bien, calmado y contento, había unas ganas en mí de confesar lo que creía sentir pero mi inseguridad atacaba más que mi confianza. Me era tan difícil incluso abrazarlo, porque aquella caricia te puede hacer sentir mucho, como hizo en mí.

Me despedí de Guille y volví con Perla, nos sentamos de nuevo sin borrar nuestras sonrisas. Llevábamos 2 horas o más hablando y aun no me decía que era lo que pasaba por su cabeza, cosa que me empezaba a mosquear un poco.

-¿Cuándo me dejaras ir con mis amigos?- bromee pues a pesar de solo haber estado con ella la pasaba bien. Su rostro cambio un poco, dejo de mirarme y pude notar que estaba nerviosa -¿pasa algo? - cuestione contagiado por la actitud de mi amiga.

-No...Es solo que me da pena decirte - las dudas volaron por mi cabeza pero ninguna me daba a entender que ocultaba.... ¿será que se enteró de lo de Guille y yo? Porque hasta lo que sé es de las pocas que no sabe gracias a la ayuda de mi hermana y su amiga, pero claro que no es que yo no le quiera contar, simplemente me costaba trabajo ya que ella vivió pensando que era normal.

-Vamos, no pasa nada. Todo bien- le sonreí dándole confianza.

-De acuerdo... ¿lo prometes?- dijo finalmente. Asentí.

-Lo prometo- pase mi mano al corazón de manera seria y Perla rio ante el acto. Me tomo de la mano y me jalo por la piscina.

No dije ni dijo nada en aquel transcurso, pude sentir su mano un poco sudada y eso me hizo temer que fuera a contarme, porque creo que mi cerebro al fin iba entendiendo lo que planeaba, pues de hecho creo que todos lo saben. Y no, no hablo de Guille hablo de gustarle a mi amiga. Siempre me han preguntado cosas sobre si me gusta ¡todos! Y aquello me genero sospechas pues aunque mi respuesta siempre fuera negativa seguían insistiendo.

Nos paramos en una parte del jardín, era solitaria pero se podía escuchar el ruido de la fiesta. Sin embargo el cantar de los grillos me hizo concentrarme en el momento que estaba pasando que en el ajetreo de adentro.

Perla me miro a los ojos con las cejas curvadas hacía arriba, suspiro y me tomo la mano de una forma agradable. Mi corazón dio un golpe asustado ante el tacto, mi cuerpo se intentó relajar pero no fue difícil se conseguirlo ¿Cómo diría algo que a todos nos duele escuchar del que queremos?

-Sam, después de que te diga esto no contestes nada, por favor - asentí curioso y tembloroso. -bueno...yo, desde que te conocí yo sentí algo fuerte por ti, es solo que... no podía decirlo, pero tú siempre...-tomo aire y miro al cielo recogiendo fuerzas- siempre me has gustado en todos los aspectos - no pude decir nada aunque de por si no tenía que, sin embargo Perla solo se aventó a mis labios y comenzó a besarme en descontrol, por algún motivo sentí la necesidad de contestarlo por lastima e intencionalmente la termine sosteniendo del cuello. La bese como si todas esas negaciones fueran mentiras, pero algo estaba claro en mi mente y cuerpo al sentirla entre mis labios después de todos esos halagos sobre la bella pareja que seriamos y a pesar de no considerar tenerla como novia ante todas las palabras; era que en definitiva ella no era lo que quería pues ni una gota de sensaciones como las que descubrí con Guille se comparó a esto. Acababa de besar a una de las chicas más bonitas y con las que más he pasado tiempo y no sentí, en absoluto, nada. Fue insignificante. Besarla solo fue instinto.

¿Morir?-Wigetta-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora