|Bienvenidos a mi vida|
Narra Camila
¿No os pasa que la noche se os va en un parpadeo? A mí sí. Parece que solo hace un par de segundos he puesto mi cabeza sobre la almohada y ya debo despertar para ir al instituto.
¡¿Cómo es posible eso?!
Realmente estoy agotada. Pasar los fines de semana en una feria no es NADA divertido, si trabajas en una, claro.
Mi nombre es Camila Cabello, tengo 17 años y soy una payasa... sí, una payasa «maga» me dedico a hacer trucos simples capaces de dejar boquiabiertos a los niños y a uno que otro adulto. También cuento chistes tan buenos que os hará tirar al piso y llorar de la risa.
Soy de Manchester, Inglaterra... aunque nací en Cuba. Os preguntaréis como diablos llegue a New York, pues... digamos que soy un poco lista «aunque la gente lo considera un chiste y rara vez lo creen» he sido becada en una aclamada y prestigiosa escuela en Manhattan, pasar de una High School pública en Manchester a una distinguida y exclusiva escuela americana fue un cambio increíble.
Vivo con mi hermana Sofía, ella tiene 5 años, nuestros padres murieron hace 4 años en un accidente vial, ambos viajaban junto a un pequeño circo que se trasladaba a Tottenham. Desde entonces un colega de mis padres se hizo cargo de ambas.
El señor Lee Jung Soo, un inmigrante Sur Coreano quién cuido de nosotras amablemente, nos dio un hogar y la poca estabilidad que un cirquero puede ofrecerle a un par de niñas.
De la mano del señor Lee experimenté la magia del circo y en un abrir y cerrar de ojos ya era parte de este, era la típica chiquilla payasa que ayudaba a los mayores en sus actos, y realmente lo disfrutaba.
Con el pasar del tiempo me enamore del circo. Amaba ese mundo desconocido detrás de la escena, amaba ver tantas personas con diferentes culturas; ingleses, coreanos, alemanes, franceses, búlgaros y un sinfín de nacionalidades que seguro desconocéis, pero todos unidos por el mismo amor hacia lo que hacíamos, sin duda una bonita familia.
Dentro de ese desquiciado amor por el circo, un día como cualquier otro un nuevo miembro se unió a nuestra gran y multicultural familia; el señor Rikka.
Rikka, un griego con cierta adicción por el licor y una ligera intolerancia hacía los niños, o mejor dicho hacía mí.
Rikka llegó para convertirse en el nuevo mago, lo que el griego borrachón era capaz de hacer te hacía creer en la magia, y yo siendo una chiquilla entrometida de trece años, quedé embelesada.
Cada día me escondía para verle ensayar y cada día me sentía más cautivada por el enigma que rodeaba cada truco, hasta que lamentablemente me pilló observándole y como era de esperarse me echó del lugar seguido de un discurso en griego del cual no comprendí nada, pero ahora sé que ninguna de aquellas palabras fueron gentiles.
Para desgracia de Rikka eso no me detuvo, Camila Cabello no se rinde fácilmente, así que luego de meses de aferrarme a su pierna, de llorar tras su puerta, al griego no le quedó otra opción que enseñarme lo básico para mi edad, pero no creáis que fue tan sencillo.
"Te enseñaré cuando aprendas mi nombre completo". Fueron sus palabras aquella tarde que aceptó instruirme.
Dos meses después, antes de cumplir mi cumpleaños número catorce, finalmente el Rikka Dadamis Giannakopoulos Vasilogiannis salía de mis labios con fluidez. Y es así como obtuve lo que anhele durante meses y como poco a poco la pasión por la magia se adueñó de mí ser a temprana edad.