|Día del Baile II|
Narra Lauren
Todo había salido bien, tras una improvisada reunión de quince minutos para celebrar donde nos sentamos en círculo en un pequeño parque ubicado al lado de la feria, brindamos «con zumo de pomelo.» una pequeña fogata nos mantuvo en calor hasta que la lluvia hizo acto de presencia.
Cada quien tomo su camino por separado, a excepción de las chicas que iban directo al baile de Halloween.
Verónica había enloquecido al darse cuenta que Lucia no traía un disfraz; la colombiana se justificó argumentando que supuso que Vero aceptaría la invitación de Alice tras no recibir una invitación «oficial» de su parte y que ella no quería ser solo una «sugerencia para ir al baile». Ante aquellas palabras la latina abandonó el lugar dejándonos a todos confundidos y a Lucy con una expresión de tristeza.
Quizás solo pasaron cinco minutos cuando Vero regresó con un algodón de azúcar color rosa en su mano, se paró frente a la colombiana y con timidez le balbuceó un “Es otoño, así que no hay flores por allí y dudo encontrar una floristería por aquí.” Con dramatismo se arrodilló frente a ella como si le fuese a pedir matrimonio.
“¿Quieres ser mi pareja de baile?” Preguntó extendiéndole el algodón de azúcar con una timidez que nunca había visto en mi amiga.
Como podéis imaginar Lucia aceptó sin dudar.
Ally quien estaba junto a Troy, su novio, fue el blanco de las bromas ante lo diminuta que se veía ante su pareja, aunque Dinah señaló que la rubia se veía diminuta incluso al lado de los gnomos de su jardín.
Kim Soo «la china loca» mantuvo su mirada asesina sobre mí todo el tiempo, y claro, casi colocaba una esposa alrededor de la muñeca de Camila unida a una de las suyas.
Cuando ya estábamos por irnos, Normani sugirió cambiar de planes y reunirnos en su casa; una noche de amigos sonaba tentador, pero al igual que Camila yo estaba castigada… había salido de casa gracias a Chris que armó un berrinche justificando que deseaba ir a pedir dulces, rápidamente Taylor señaló que no podía llevarle porque estaba abrumada con los trabajos del instituto, mi hermana sonrió a espaldas de mi padre y me guiñó un ojo en un gesto de complicidad.
Así que, tanto la inglesa como yo les anímanos a ir al baile, además Verónica Iglesias acababa de arrodillarse solo para invitar a una chica al baile, sin duda alguna merecía disfrutar del momento junto a Lucy.
Por cierto, Lucy no había parado de llamar a la pareja de Dinah, Siope; Sirope, y aunque en un principio creímos que lo hacía intencionalmente; con el pasar del tiempo nos dimos cuenta que era completamente involuntario cuando llamaba al chico «Sirope» rodaba sus ojos y se regañaba a sí misma para luego disculparse con el moreno que aseguraba no importarle.
En el estacionamiento de la feria, tras dejar a Christopher completamente dormido en el asiento trasero del auto me encontré con Ariana Grande con una expresión indescifrable en el rostro, sonrió con cierta amargura mientras negaba con su cabeza y sin decir nada, se fue.
Fruncí mis labios ante lo raro del momento y subí a mi auto.
Y ahora estaba en casa... en mi habitación... castigada.
Suspiré con aburrimiento mientras miraba el reloj en mi tablero de noche que marcaba las 22:45, con apatía me levante de la cama para apagar la luz en mi habitación sintiendo ya el cansancio de la semana en mi cuerpo.
Apagué la lámpara junto a mi cama y volví a enrollarme entre mis cálidos cobertores, cerrando automáticamente mis ojos.
No más de cinco minutos habían pasado cuando un ruido me alertó. “¡Maldición!” Gruñí poniendo mis ojos en blanco mientras me levantaba de la cama con exasperación.