|Alegría, Final I|
Narra Omnisciente
Londres, 2 semanas después.
“Es bueno verte de nuevo...” Dijo torpemente Camila no perdiendo de vista el techo de su habitación.
Lauren rodó lentamente su cabeza hacia la morena y advirtió su lánguido pestañear, luego de una insólita tarde donde nada salió según lo había proyectado la mayor. Comenzando por su mayor error;
Pedir a Verónica y a Charli que entretuvieran a la menor un par de horas, mientras ella preparaba una cena de reconciliación con ayuda de Dinah, Normani y Lucia.
Con lo que no había contado la chica de ojos verdes es que, el par responsable de mantener lejos a Camila por un par horas, la devolverían en un inesperado estado de ebriedad el cual Lauren notó apenas la vio entrar.
Y nada tenía que ver con el hecho de que Charli la llevará sobre su espalda como un gran bolso de excursión, tenía más que ver con el hecho de que Camila haya entrado cantando a alaridos Dancing Queen mientras agitaba su mano cual reina de belleza.
Luego de una larga persecución para sumergir a la morena bajo el agua fría de la ducha y varias tazas de café después, Lauren puro suspirar de alivio cuando la menor como pudo se colocó su pijama y se tumbó sobre la cama. La chica de ojos verdes se tendió al otro extremo para cerciorarse que Camila no terminaría dando otro concierto usando una zanahoria de micrófono.
“Siempre será bueno reencontrarnos.” Afirmó Lauren mimando el sedoso pelaje de Coco, el hámster dormitando sobre el abdomen de la chica más alta.
Por el rabillo del ojo Lauren vio a Camila morderse el labio inferior.
“Lamento si he sido un poco esquiva estos días.” Se disculpó por todas las veces que había impedido quedarse a solas con la chica mayor desde su inesperada llegada a Inglaterra. “Solo...”
“Y yo lamento haber desaparecido.” La cortó, girando un poco su cuello para observar el perfil de la chica tumbada a su lado.
Camila frunció las cejas.
“Eres una imbécil.” Balbuceó la menor empujando un poco las palabras.
“Lo soy.” Aceptó la pelinegra en un susurro. “Lo soy.”
“¿Por qué?” Curioseó echando un vistazo al perfil de la chica pálida.
“¿Por qué soy una imbécil?” Camila puso los ojos en blanco. “Estoy bromeando.” Tranquilizó Lauren con los bordes de sus labios curvados hacia arriba. “Supongo que se me da muy bien hacer las cosas mal.”
“Y yo supongo que merezco una mejor respuesta.” Replicó Camila.
Lauren asintió sintiéndose una idiota por su absurda contestación, dejó al pequeño hámster en el espacio que las separaba y ladeó su cuerpo hasta tumbarse sobre su propio costado, Camila al notar el cambio de posición de la ojiverde imitó sus movimientos mientras luchaba por mantener todo lo que había consumido en el día dentro de su cuerpo.
“La mereces.” Concordó la pelinegra. “De hecho mereces mucho más de lo que yo te hice pasar.”
“Laur…” Camila quiso opinar pero Lauren hizo un gesto para que la escuchase.
“Camila simplemente no hay excusa que justifique mi comportamiento desde el día que te conocí.” Sonrió con frustración. “Pero si debo explicar el más reciente, déjame decirte que solo encuentro una sola palabra para hacerlo.” Ambas se miraron fijamente. “Miedo.” Reconoció.