|La feria|
Narra Omnisciente
"Estaré en mi habitación." Avisó Lauren en cuanto entró a su casa y se encontró con la figura de su padre erguida y su semblante serio.
La ojiverde ignoró cualquier llamado por parte de Michael, ni mucho menos se detuvo a responder sus preguntas, Lauren simplemente subió las escaleras de dos en dos y dio un fuerte portazo al ingresar a su dormitorio.
"¡Finalmente!" Escuchó la ojiverde decir a alguien dentro de su habitación.
"¡MALDITA SEA!" Exclamó llevando su mano al pecho con espanto mientras cerraba sus ojos con fuerza ante el alivió que sintió al ver de quien se trataba. "¿Cómo mierda llegaste hasta aquí?" Interrogó al ver a Camila sentada al borde de su cama mientras columpiaba sus piernas.
La inglesa se encogió de hombros mientras reía ante la cara de pavor de la ojiverde.
"Caminé." Explicó con simpleza y Lauren resopló.
"Me refiero a ¿Cómo demonios entraste?" Preguntó frotando su cabello mientras detallaba los movimientos de la chica baja.
"¡Oh!" Prorrumpió con serenidad la morena golpeándose la barbilla con su dedo índice fingiendo pensar. "Te dije que vuestra seguridad es anodina." Recordó mientras se ponía de pie y se aproximaba a la ojiverde.
Camila detalló la apariencia de la chica alta y no necesitaba dar otro paso para saber que traía un par de copas de más, se centró en sus oscuros ojos verdes por unos segundos evaluando la tristeza en ellos.
"Gracias por tu visita, pero debes irte." Habló con brusquedad la ojiverde mientras se quitaba la chaqueta de cuero.
"Estás ebria." Susurró Camila viendo los torpes movimientos de la pelinegra.
"Gran descubrimiento." Respondió punzante Lauren abriendo su armario. "¿Qué quieres payasa?" Indagó haciendo que Camila rodara los ojos.
"Ver a Chris." Reveló aproximándose a la ojiverde por detrás. "Ahora." Sentenció.
La chica más alta giró su cuerpo con hosquedad encontrándose a escasos centímetros del rostro de Camila, tragó con dificultad y su boca se movía pero sus cuerdas vocales no emitían sonido alguno.
Camila se atrevió a acercarse un poco más aumentando no solo su propio nerviosismo sino que también el de la ojiverde.
"¿Nerviosa Jauregui?" Murmuró la más baja con sus ojos fijos en los labios de Lauren.
La ojiverde negó lentamente y carraspeó haciendo que la morena desviara sus ojos a los de ella.
"Como veras... no es posible en estos momentos." Comunicó Lauren refiriéndose a su estúpido estado de ebriedad.
La más alta dejó ver su pijama y con una sonrisa de superioridad pasó junto a la inglesa con rumbo al baño.
"Sé cómo solucionar eso." Alegó Camila arqueando una de sus cejas. "Y tu mal humor." Cuchicheó para sí misma pero la ojiverde alcanzó escucharla y la aniquiló con la mirada.
La morena caminó hasta donde se encontraba Lauren y le arrebató la pijama de sus manos la ojiverde la observaba con desconcierto e incredulidad.
"Trae las llaves de tu auto." Susurró cerca del oído de la más alta haciéndola estremecer lo cual hizo sonreír a la inglesa.
Lauren permaneció estática en su posición dudando en si debía seguir o no la morena quien ya descendía hábilmente por los pilares del balcón.