|Globos|
Narra Lauren
Que Christopher regresara a casa había sido lo mejor que podía pasar, aunque todavía quedaba un difícil camino que afrontar su alta había sido una especie de luz y una inyección de esperanza. Mi madre ordenó la limpieza total de la mansión, el servicio se había encargado de limpiar hasta el último rincón incluso a los que mi hermano no tendría acceso.
Había un aire diferente en casa, quizás el hecho de haber corrido un poco las cortinas y que la débil luz de una mañana de invierno iluminase el lugar tenía algo que ver... o quizás las constantes bromas de las chicas que decoraban un poco la sala de estar para darle la bienvenida a Chris volvían más alegre todo.
"Está torcida." Indicó Ally mirando la pancarta con un «Bienvenido a Casa Chris.» "Debes rodarlo un poco más arriba Lu." Orientó mientras miraba el cartel.
"Y echarla unos milímetros a la derecha." Añadió Verónica parándose junto a Ally. "La otra derecha bebé." Corrigió la latina cuando su novia lo había rodado a la izquierda.
"¿Necesitáis ayuda?" Consulté y automáticamente Normani me lanzó una bolsa de globos largos. "Vale." Dije sentándome en el sofá, junto a este estaba el inflador y aun lado estaba Camila junto a Sofía llenando más globos.
Llevaba alrededor de once globos cuando Dinah se acercó con sus labios comprimidos. "¿Y las figuras?" Averiguó apuntando los globos, le di una mirada de desentendimiento y ella volvió a hablar. "¿Crees que vamos a ponerlos así?" Consultó incrédula. "Pues no." Respondió su propia pregunta.
"¿Crees que tengo idea de qué hacer con ellos?" Le pregunté con ironía y ella sólo me tomó del brazo y me remolcó hasta donde estaba Camila. "Hola..." La saludé nerviosamente, ella me miró apartando un globo de sus labios y sonrió con sus mejillas sonrojadas.
"Mila, dale clases de figuras con globos... las necesita." Pidió palmeando mi hombro, luego dio un pequeño empujón acercándome a la inglesa. "De nada." Susurró la rubia antes de irse y llevarse a Sofía con ella.
"Lo siento, no quería molestar... pero no sé qué hacer con estos." Mencioné recogiendo los globos del piso.
"No pasa nada." Habló y abrió sus ojos como platos mientras se cubría la boca con ambas manos. Yo estallé en una carcajada al escuchar su voz bajo los efectos del helio. "¡Mierda!" Gruñó con su vocecita.
Las chicas nos miraban con curiosidad mientras yo reía como tonta.
"No te mofes." Exigió Camila aclarándose la garganta, su voz saliendo mejor en esta ocasión. "¡Es en serio!" Refunfuñó pero terminó por soltar una pequeña risita. "Toma." Me dio un globo y ella se quedó con otro. "Te enseñaré a hacer un perrito es bastante sencillo ¿Vale?" Asentí mientras me secaba un par de lágrimas.
La vi enroscar con bastante habilidad el globo y en un pestañeo tenía frente a mí la clásica figura de un perro. Me animó a que lo hiciera yo y la verdad es que no salí del paso uno.
"Es un globo, no una bomba Lern." Señaló mientras sonreía por verme apartar el globo de mí cuando intentaba retorcerlo como ella lo hacía.
Debo admitir que todo se agitó dentro de mí «en el buen sentido» al escuchar aquel mote.
"Supongo que mis manos no son tan ágiles para esto en comparación de otras cosas." Aludí en un susurro y me miró incrédula, su rostro no podía estar más rojo y eso me gustaba de sobremanera porque había captado mi insinuación.
"¿Qué tal si tú los inflas y yo me encargo de hacer las formas?" Sugirió con evidente nerviosismo. "Le diré a Ally que se encargue de estos." Señaló los globos más grandes.