|Azul|
Narra Camila
“¡Kaki, kaki, kaki!” Llamó emocionada Sofía al verme llegar a casa, el celestial olor a comida y el sonido de algo salteándose en la sartén me indicó que Kim estaba en la cocina y me recordó que moría del hambre.
A diferencia de Hyun «que apenas y sabía encender la cocina» Kim era excelente cocinera y cuando estaba en casa era quien se encargaba de preparar el almuerzo y en ocasiones el resto de nuestras comidas.
Sofía corrió hasta la puerta y se abrazó a mis piernas, parecía bastante animada y eso me hizo sonreír, me sesgué un poco para corresponderle el abrazo y detalle como su bonito rostro tenía algunas manchas de pintura ya secas.
Suspiré al mirar su camiseta he hice una mohín, darle de regalo un kit de arte tenía sus desventajas; debía pasar más tiempo limpiando y lavando su ropa, pero recordar lo feliz que estaba cuando vio su obsequio de cumpleaños hacía que valiera la pena. Los primeros días fueron los peores y fue completamente mi culpa.
¡Me había olvidado de comprar los pinceles! Sofía no pudo resistir y empezó a pintar con sus dedos, ya podéis imaginaros el caos de pintura que había. Afortunadamente la profesora de arte me había proporcionado un estuche de una docena de pinceles nuevos cuando escuchó las incesantes mofas de Verónica por haberme olvidado de aquel detalle.
También muy gentilmente la profesora me facilitó un pequeño folleto sobre clases de arte para niños, por supuesto que lo hablaría con Sofía más adelante cuando consiguiese el dinero necesario para costearlo. Por otra parte, mi habitación ya no era más mí habitación, ahora era la sala de «MusicArte» o al menos así la había bautizado Sofí porque mientras yo ensayaba en el piano, ella arrastraba su caballete y pintaba a un costado de la habitación.
No más habitación de Camila.
“¡Hey!” Exclamé besando su cabeza. “¿A dónde me llevas?” Miré cuando Sofí me tomó de la mano y me arrastró hasta la sala de «MusicArte eché un vistazo a mí impaciente hermana acercarse al caballete y buscar entre sus pinturas.
“Te guardé el color amarillo porque es tu favorito.” Indicó mostrando el tubo de pintura, con curiosidad la observé destaparla con excesiva efervescencia. “Dame tú mano izquierda.” Ordenó. “Tu otra izquierda.” Señaló cuando notó que esa no era la que necesitaba.
“La derecha.” Corregí en medio de una sonrisa. Le tendí mi mano y ella la volteó dejando la palma hacia arriba, con cuidado fue vertiendo la pintura sobre ella y la esparcía con su dedo.
“Aquí.” Sofí guio y apuntó al lienzo. “Coloca tu mano.” Solicitó limpiando su dedo manchando con su pantalón de pijama.
“¡Sofí!” Reprendí su acción y ella se encogió de hombros mientras ponía una expresión de disculpas. “Voy a conseguir un delantal para ti... ¿Vale?”
Miré el lienzo y no pude evitar la ternura cuando leí en la parte alta de la tela el título «Mi familia» escrita con letras de diferentes colores. Apoyé mí mano contra el lienzo sobre la palma púrpura de Kim Soo y al retirarla me permití detallar el trabajo de mí hermana.
Fruncí el ceño cuando noté una mano extra, Sofía se mordió los labios con diversión cuando vislumbró mi ofuscación. Había una mano grande en azul, y otra no tan grande en verde... estaba muy segura que esa era la de Hyun, luego estaba la púrpura que sin duda era la de Kim y ahora la mía.
Era una curiosa superposición de manos en diferentes colores, que juntas formaban otro color.
“¿De quién es esta?” Averigüé detallando la mano azul que se encontraba al final. “La verde es de Hyun y la púrpura de Kim.” Afirmé mirando la secuencia de tamaños. “Pero esta...” Negué con los labios plegados mirando la azul.