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|Presentación|

Narra Omnisciente

“Luzco como si fuese a vender biblias.” Troye mencionó mientras acomodaba las mangas de su camisa blanca. “¿Las biblias se venden o se regalan?” Miró a Camila a través del espejo, se veía realmente interesado en una respuesta a su duda. “Quiero decir... la palabra de Dios no se vende ¿No es eso lo que la iglesia dice?” Reflexionó acomodando su corbatín rojo. “No recuerdo donde lo leí o lo escuché...” Ladeó su cabeza. “Aunque ahora creo que estoy alucinando y simplemente me lo inventé.” Hizo una mueca pensativa que rápidamente abandonó para encogerse de hombros y restarle importancia.

La morena lo miró sin decir nada mientras mordía sus labios con nerviosismo, agradecía que la presencia del rubio le ayudara a disipar aquel sentimiento.

Tras una ardua semana la carrera por llegar al Concierto de Primavera había llegado. Camila había luchado entre su horario de clases, el de su trabajo y los ensayos... sumado a ello las tareas de sus materias.

Ahora orgullosamente puede decir que sobre vivió y ahora estaba aquí... en el Avery Fisher Hall repleto de adolescentes pertenecientes a diferentes High, cuya finalidad era también llegar al concierto final. En el fondo podía escucharse la interpretación de Boulevard Of Broken Dreams, por parte de uno de los planteles concursantes.

«¡Se escucha increíble!» Pensó Camila disfrutando del sonido de los instrumentos.

“La verdad no lo sé.” Respondió finalmente cruzando sus piernas he inclinándose un poco para ajustar sus tacones. “Podría preguntarle a Ally si tanto necesitas saberlo.” Sugirió y él lo pensó antes de asentir.

“¿Ally es esa amiga tuya de la iglesia?” Aclaró mientras hacía un esfuerzo por recordar a la rubia.

“Ella... solo es un poco religiosa.” Aclaró y él asintió.

“¿Qué tal me veo?” Ariana entró a la habitación, estiró sus brazos y giró sobre sus talones por petición de Troye que le había hecho un gesto con su dedo.

Ariana lucía las mismas prendas que Camila; una blusa blanca de mangas largas con pequeños detalles rojos en las costuras y una falda negra de tubo a la cintura que llegaba justo a la mitad de sus rodillas, los labios rojos al igual que el lazo en su cuello resaltaban entre el bronceado de su piel.

Aquel era el uniforme de las féminas de la orquesta, mientras los chicos usaban un esmoquin negro, camisa blanca y corbata roja.

“Pareces una sexy secretaria.” El rubio guiñó su ojo mientras se colocaba el saco negro, la castaña sonrió divertida y dio una palmada contra el hombro del chico. Sus ojos marrones se posaron en la inglesa y levantó una de sus cejas en espera de su respuesta.

“Estás muy guapa.” Admitió colocándose de pie ya con los tacones calzados.

Ariana echó un detenido vistazo a la británica y cuando sus miradas se encontraron ambas se sonrojaron. “Hermosa.” Afirmó con una sonrisa tímida formada en sus labios.

“Gracias.” Respondió Camila alisando su falda con las manos en señal de nerviosismo.

Poco a poco el resto de la orquesta fue llegando, muchos parecían estar serenos y es que para ellos no era la primera aparición en aquel lugar, solo un pequeño grupo se mostraba nervioso y luego estaba Camila... con sus manos transpirando y el estómago hecho un lío... al borde del desmayo.

Alegría (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora