|Tiempo|
Narra Omnisciente
Cinco días después.
“Vamos pequeño Bo.” Camila susurró procurando no despertar a Lauren que dormía sentada en el sofá. “Debes comer un poco.” Insistió la inglesa reteniendo el plato de comida del menor.
Chris apretujó sus labios y negó con efusividad, la inglesa bufó vencida aunque entendía al más joven, aquel platillo se veía del repulsivo. Dejó los utensilios en el carrito de comida y se sentó junto al niño una vez más.
La morena suspiró ante el silencio, Christopher no solo había perdido el apetito, sino que también el interés por entablar algún tipo de conversación, incluso batallaba por permanecer despierto, las ojeras y las bolsas bajo sus ojos despuntaban considerablemente en su pálido rostro.
“Sabes que serán días difíciles.” Murmuró Camila cogiendo la naricera de Christopher y colocándosela con cuidado. “Debes comer y descansar lo suficientemente bien para hacer frente al tratamiento de acondicionamiento.” Persuadió terminando de atar el nudo de la naricera detrás de su cabeza.
Los padres de Christopher junto a sus médicos habían tomado la decisión de someterlo al trasplante de médula ósea, los especialistas se reunieron con el pequeño y le expresaron parte del procedimiento y sobre todo, se le advirtió de la intensidad de las quimioterapias que iba a recibir.
Diez días de acondicionamiento, diez días en los que iban a atacar con todo las células cancerosas para posteriormente llevar acabo el trasplante cuyas células serían donadas por Taylor, que a su vez se alistaba para el método de extracción.
Chris suspiró y con cuidado se reclinó en la camilla sin decir nada, sin embargo había una mueca de repudio hacia las palabras de la inglesa en su rostro. Camila situó el cobertor sobre el delgado cuerpo del menor y ambos se observaron durante unos segundos.
La puerta se abrió con cautela y Clara surgió detrás de ella con un humeante vaso de café el cual le ofreció a la morena y está la aceptó con una sonrisa ladeada mientras agradecía.
“Gracias por quedarte con él unos minutos Camila.” Agradeció con gentileza la mujer.
La inglesa sacudió sus manos. “No hay que agradecer, me gusta compartir con él.” Estableció mirando a Clara. “Además creo que usted debió irse con el Señor Jauregui a descansar.” Sugirió viendo lo extenuada que lucía la mujer.
“Camz tiene razón.” Aprobó Lauren con su voz más ronca de lo normal, a causa de haberse despertado recientemente. “Te bañas, comes y duermes aquí.” Indicó mientras tallaba su ojo y se reincorporaba del sofá para ubicarse detrás de Camila y rodearla en un abrazo. “Y estoy segura que dormir en ese maldito sofá cuente como «descansar»” Testificó con una mueca ante lo incómodo que era aquel mueble.
“¡Cuida tu lenguaje Lauren!” Exclamó con seriedad su madre, la ojiverde sintió un codazo de desaprobación en su estómago por parte de la morena. “Quedaros tranquila.” Pidió suavizando su mohín. “Estoy descansando lo suficiente por las noches para estar con la energía suficiente en el día.”
Chris miró a su madre con los ojos entornados, aquello no estaba más que a kilómetros de la verdad. El menor era espectador de como su madre prácticamente no pegaba un ojo en toda la noche, podía escucharle gimotear, en ocasiones la oía orar o hablarle mientras él aparentaba estar dormido.