6.

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Aquella mañana cuando Louis despertó, tenía el estómago totalmente cerrado y no tenía nada de apetito, así que decidió bajar al salón a saludar y a hablar con su madre — y por desgracia tenía que ver también a su odioso padre—.

Mientras bajaba las escaleras, escuchaba a su madre canturrear alegre, y siguió el sonido, aunque antes entró en el salón.

— Buenos días padre— dijo sin ánimo.

— ¿Tú te crees que yo soy estúpido? — preguntó ofendido.

— Eh... ¿No?— contestó Louis inseguro.

— Explicame por qué cojones te fuiste ayer de la mansión Jordan.

— Porque no quería estar allí, supongo. — se sinceró.

— Me hiciste quedar muy mal delante de Jean. — gritó — Sabes lo que te estás jugando, Louis William...

En aquel momento pensó en su madre, y se tuvo que aguantar las ganas de patearle la cara a su padre imaginando que le hacia daño a su madre.

— No volverá a ocurrir, padre.

— Así me gusta— murmuró orgulloso y siguió leyendo el periódico.

Louis suspiró cansado, y se dirigió a la cocina de donde provenía la voz de su madre.

Entró y la vio de espaldas cocinando algo que olía jodidamente bien. De forma silenciosa se sentó en una silla del comedor, justo por detrás de la mujer.

— Hola mamá — dijo.

Dio un brinco hacia atrás y se puso la mano en el pecho.

— ¡Louis, me asustaste!— gritó riendo.

— Lo siento— dijo soltando una carcajada, y miró las sartenes donde cocinaba— ¿Qué estas cocinando?

— Un poco de pollo con verduras.

— ¿Puedo ayudar?— preguntó teniendo en cuenta que amaba cocinar con su madre.

— Claro. Mira, ven— sacó una tabla y un cuchillo de un cajón y los puso en la encimera— Corta algunas verduras, ¿vale?

Inseguro, Louis agarró el cuchillo con la mano derecha, y cogió un pimiento verde. Empezó a trocearlo poco a poco intentando no cortarse un dedo y ponerlo todo perdido de sangre.

Su madre carraspeó.

— Louis... Tu padre me ha contado lo que pasó ayer.

— Claro, seguramente te lo contó a su manera.— dijo irónico.

— Probablemente. ¿Te escapaste de la casa?

— ¡No!— gritó dejando de cortar— Me fui a dar un paseo.

— Y no volviste— recordó.

— Bueno... No, no volví. ¡Es que papá ha aceptado el compromiso! Ni siquiera me dejó opinar.

— Lo sé Louis... Pero así es tu padre. Sabes que si te niegas, tendrás consecuencias. Haz lo que veas conveniente, pero por favor, no te la juegues.

El chico suspiró pesadamente, y alcanzó una patata. Comenzó a cortarla cuidadosamente.

— Es que no me quiero casar con Aurora.

Aquella frase salió de manera temblorosa de sus labios. Un nudo se instaló en su garganta, y sus ojos se aguaron.

Su madre murmuró algo para sí misma que Louis no pudo escuchar, y ella se giró para mirarle.

Only AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora