A la mañana siguiente, Louis despertó y lo único en lo que pudo pensar fue en Harry.
Aún no le había encontrado una explicación lógica a lo ocurrido el día anterior en la terraza de la mansión.¿Harry era mago?
¿Harry podía volar?
¿Harry era un ninja?Miles de preguntas volaban en su cabeza, pero ninguna respuesta era válida.
¿Como había hecho aquello?
Antes de levantarse, miró su móvil, y vio una llamada perdida de
¿Aurora?
Eso extrañó demasiado a Louis. ¿Qué hacía Aurora llamándolo tan temprano?
Sin quererlo, Louis tuvo que devolverle la llamada a su 'prometida'.
La cogió al quinto pitido.— ¿Louis?
— ¿Qué quieres Aurora? ¿Por qué me has llamado tan temprano?
— Oh si— dijo y pude escuchar como se aclaraba la garganta al otro lado—. Necesito verte hoy mismo, es importante.— dijo la muchacha y Louis notó un atisbo de ansiedad en su voz.
— ¿No me puedes decir lo que sea que me tengas que decir por teléfono? — preguntó algo irritado.
— No, necesitamos vernos— negó rotundamente.
— Vale, dispara
— Nos vemos en los jardines de mi casa a las 5.
Louis colgó. ¿En serio tenía que volver a ver a Aurora?
[…]
Salió de su casa después de confirmarle a sus padres que había quedado con Aurora. Ese hecho pareció alegrar a su padre.
La calle estaba más vacía de lo normal, y el frio cortaba la respiración de Louis. Había un silencio abrumador que acongojaba al muchacho, y tenía que estar mirando a todos lados para asegurarse de que ningún asesino en serie lo perseguía. Aún así hubiera preferido quedarse en casa con el pijama puesto.
Cuando llegó al portón del jardín de la mansión de los Jordan, Aurora estaba allí esperándolo.
— Gracias por venir tan pronto, Louis— susurró la muchacha y le dio un beso en la mejilla.
Eso fue inesperado para Louis, pero no se resistió.
Se adentraron en lo más lejano de su jardín, y anduvieron 10 minutos apróximadamente hasta llegar a un árbol gigante con un columpio de rueda donde se sentó la chica, y Louis decidió sentarse en el suelo.
— Bueno, ve al grano— dijo Louis, sin paciencia.
Aurora se aclaró la voz. Se la veía nerviosa.
— Mi padre habló esta mañana conmigo. Esto no es beneficioso para ti ni para mí, pero hay que hacerlo.
— ¿El qué? — se extrañó Louis. ¿Tan malo era?
— En la cena familiar de mañana... — se paró para suspirar, y siguió a duras penas—: me tienes que pedir matrimonio.
— ¡¿Cómo?!— gritó, sin esperárselo—. No, no, no, no.
— Ya lo sé Louis, es injusto, yo tampoco quiero casarme ahora mismo. Pero mi padre es mi padre, y sus palabras hay que cumplirlas.
— ¿Pero cómo voy a conseguir un anillo, si la cena es mañana?— preguntó, siendo eso lo que más preocupaba a Louis en ese momento.
Aurora metió la mano en el bolsillo trasero de sus pantalones ajustados, y sacó una caja.
— Mi padre ya tiene esto para ti— murmuró, y le entregó la caja a Louis con el anillo adentro, pero decidió no abrirla.
Wow, éste hombre lo tiene todo planeado, pensó Louis.
Las lagrimas se estaban aproximando cuando Louis notó como el nudo en su garganta se intensificaba.
Se levantó y sin decir más nada, se fue con la caja entre su mano derecha.
Cuando ya había salido del jardín —que se le había hecho eterno— dejó que todo el torrente de lágrimas saliera al exterior. No lo podía creer. No podía creer que su padre le estuviera arruinando la vida de esa manera.
Louis no fue consciente del dolor que sentía en el pecho, hasta que un asfixiante ardor lo inundó por dentro. Se paró adolorido para respirar porque no se había dado cuenta de que estaba corriendo sin parar. Se tranquilizó un poco, y continuó andando hasta su casa.
El camino se le estaba haciendo eterno, parecía que había andado durante dos horas al menos, pero en realidad lo había hecho durante 45 minutos.
Sintió la tentación, además, de abrir la pequeña caja de terciopelo para ver el anillo, pero no lo hizo porque se sentía demasiado mal como para darse una puñalada más.
Todo esto le había venido de imprevisto, habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo, y le había sentado tan mal que lo único que quería hacer era dormir.
"Estas cosas solo me pasan a mí"
Cuando por fin llegó a casa, se paró en la puerta. Respiró hondo un par de veces, para que las lágrimas — que aún estaban en sus ojos— no lo traicionasen y salieran en medio de cualquier conversación con sus padres.
Finalmente, abrió la puerta e intentó evadir cualquier intento de sus padres de hablar con él.
— ¿Hijo, dónde has estado?— preguntó su madre siguiéndolo por las escaleras.
— Ya te lo dije, fui a ver a Aurora— contestó, cansado de repetirlo.
Cuando llegó a su habitación, cerró la puerta a sus espaldas y puso el cerrojo, así su madre no podría molestarlo más.
— ¿Louis, qué te pasa?— susurró la madre desde el otro lado de la puerta. Louis pudo escuchar un suspiro desesperado que brotó de su garganta.
— No me pasa nada— dijo tragando el nudo que se había instalado en su garganta—. No voy a cenar hoy. Voy a dormir ya, estoy algo cansado.
Las lágrimas se agolparon en sus ojos cuando acabó de hablar. No quería llorar. No quería llorar. No quería llorar.
— Vale cielo. Descansa— susurró en un tono dulce, y él pudo escuchar como su madre se iba escaleras abajo.
Cuando ya no escuchó ningún ruido más en la segunda planta, y supo al cien porciento que no había nadie detrás de su puerta, dejó que las lágrimas calientes salieran. Sentía tanta presión en el pecho, que necesitaba expulsarlas de una vez.
De repente, mientras lloraba, una angustia se apoderó de él. Sintió como si la vida le doliese demasiado, como si estuviera aguantando más de lo que podía. Pero a la vez sentía un vacío que no se podía llenar con nada, y eso le dolía mucho.
Cerró los ojos mientras sollozaba sin descanso. La ansiedad seguía metida en su cuerpo, pero de alguna forma consiguió quedarse dormido, con la ropa puesta y una tristeza imborrable.
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Only Angel
FanfictionLouis nació en el seno de una familia adinerada, empresaria. Odia la vida que lleva. Odia a su familia en general. Hasta que un día, sin apenas darle tiempo a parpadear, está a punto de casarse con la hija de un empresario multimillonario por oblig...