Hueón, Me Encantai

XXXI

Daniela

—¡AL FIN VAMOS A SALIR DE CLASES POR LA CHUCHA!.— gritó la Gabi en plena "clase".

—¿Quiere terminar el año escolar con la última anotación?.

—Último día nadie se enoja.— guiñó un ojo y el profe le hizo desprecio.

—¡Ya chiquillos, bajen para la ceremonia!.

Estaba súper nerviosa, era último día, después se venía la psu ¡y noooooo, conchetumare! Chao vida.

Igual me tengo un poquito de fe.

No me justifico pero mis notas bajaron desde que apareció la Julia y junto con ella, los problemas excesivos con mi papá.

Tampoco le estoy echando la culpa a mi mamá (auch) pero es lo que pasó.

El Diego a estado ayudándome para estudiar y hueás, la Gabi igual aunque a ella le va igual o peor que a mi, pero igual se esfuerza por ayudarme.

La Gabi iba bajando la escalera al lado mío conversando con el Lucas y otra mina.

¿Mejores amigos o que hueá?.

El Diego llegó a mi lado y puso su brazo en mis hombros.

—Me carga el uniforme por la chucha.— dije bajándome el jumper. —Aparte lo tengo súper corto.

—Mejor.— miré al Diego enojada y una sonrisa ladeada apareció en su cara.

—Mijir.— me acercó a él y me dio un beso en la mejilla.

—Ya chiquillos, tienen que sentarse por lista.

—Noo.— susurró el Diego en mi oído.

—¿No qué?.

—No podré admirarte de cerca.— dijo con puchero.

Rodé los ojos, me reí y me fui a sentar.

Gabriela Aranda, Diego Navarro y Daniela Olivares.

Estamos los tres separados.

No me molestaría estar con el Lucas pero es Lucas Valdés, nadie está cerca mío. :(

Tan cerca pero tan lejos.

Amik que sad.

Empezó la ceremonia culiá de cuarto medio y yo estaba segura que me iba a poner a llorar a moco tendío.

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—Pero no se me ponga triste pué. — me dijo el Diego mientras a mí se me salían las lágrimas.

—Es que tanto tiempo en éste colegio hueón, y hoy es nuestro último día, puta que estoy grande por la chucha.— dije mientras la Gabi, el Lucas, el Diego, yo y otros hueónes del curso subíamos las escaleras para llegar al patio.

—¡Daniela ahora viene lo peor!.

—¿Que cosa?.— preguntó el Lucas.

—Los cabros chicos.

—¡Noo conchetumare!.— dije tapándome la cara con las manos y ellos se rieron.

Hermano esto me tiene mal, así, mal.

Llegamos al patio donde los de tercero medio hacia abajo estaban todos juntos haciéndonos un espacio para pasar.