XXIX

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—¿Por que?.— pregunté.

—Daniela, haceme caso por favor, una vez en tu vida.

—Ya, pero espérate.

—¡Hueón sale de mi casa!.

El Lucas no lo pescaba, lo ignoraba por completo y así, el Diego se enojaba más.

—Diego cálmate. Si el Lucas quisiera hacer algo malo ya te hubiera chantado el combo hace rato, así que relájate que viene en paz. Ven.

—No toques nada.— le dijo el Diego apuntando al Lucas y éste rodó los ojos.

—Ya oh.

Me lo llevé a una pieza, entramos y cerré.

Marqué el número de la Gabi.

—¿Que hace éste hueón aquí?. — puse mi dedo índice en sus labios para que se callara y él miró mis dedos. —Dani.

Sh.

—Daniela.

Shh.

—Oye po.

—¡Cállate conchetumare!.— se calló al tiro.

Debí haber partido con eso.

Le dije a la Gabi que viniera, que era urgente y me dijo que al tiro iba.

—¿Ahora si?.

—Ahora sí.

—Por décima vez ¿que hace éste hueón en MÍ casa?.

—Cuando me cortaste empecé a caminar y pa cortar camino me metí a un callejón blabla y me encontré al Lucas curao y golpeado, no lo podía dejar ahí, entonces me lo traje para acá, durmió un rato para que se le pasara la curadera hasta que llegaste tú, nosotros íbamos a salir sin que te dieras cuenta pero no había cachado que tu ya habías llegado.

—¿Osea si salían piola, no me ibas a decir?.

—Si, si te iba a decir.— me miró enojado para que lo admitiera. —Bueno, no.

—¡Hueón es mi casa!.

—¡Como querías que te dijera si mira como te pusiste!.

—¡Cabros ya llegué!.— gritó la Gabi.

El Diego se dio vuelta para salir pero me puse en la puerta impidiéndole el paso.

—Diego...

—Que querí.

—Ya po, no te enojes.

—Daniela, me querías mentir sabiendo que él me cae mal, preferiste ayudarlo en una de sus muchas cagás en vez de pensar en como me iba a sentir. Siempre trato de no hacerte daño, cuido mis palabras para que no te pongas triste ¿y tu me quería mentir con algo del Lucas? No Daniela, chao.

—Pero Diego.

—Daniela correte por favor.— salí de donde estaba y él salió de la pieza.

Quería puro llorar, el Diego tenía razón, él siempre ha tratado en lo posible por hacerme sentir bien y yo me mando ésta cagá, sabiendo que al Dieguín le iba a doler.

Salí de la pieza hecha pico, estaban los tres en el living.

El Lucas en un sillón individual, el Diego en uno individual también al lado del Lucas, la Gabi en el sillón grande y yo frente al Diego al lado de mi mejor amiga.

Miré al Diego, él lo sintió pero me ignoró.

—Decí las hueás que tengas que decir y te vai ¿me escuchaste?.— dijo el Diego.

—Si sé Diego. Ya. Hace un rato unos hueónes me asaltaron me quitaron el celular y me pegaron, la Dani me encontró y solo me quiso ayudar, no te enojí con ella, no tiene la culpa, ella solo trataba de ser buena.— dijo dirigiéndose al Diego pero él solo escuchaba y no respondió. —En el momento que me desperté, me di cuenta de todo el mal que he hecho y puta, no quiero sentir tanta culpa ni los quiero hacer sentir mal a ustedes.

—¿Y que me incumbe a mí esto?.— preguntó la Gabriela.

—Sabes bien. Les quería pedir disculpas. Gabi, perdón por como te traté, nunca debí faltarte el respecto siendo que lo único que hacías era defender a tu best friend. ¿Me perdonas?.

—Si oh. Pero una vez más y te saco la conchetumare.— el Lucas se paró para que se dieran un abrazo y eso hicieron.

—Uff Diego. Sorry por mi comportamiento culiáo inmaduro, sorry por hacerte pasar malos ratos, perdón por todo. Igual me caes un poquito mal pero lo que cuenta es la buena intención. ¿Estoy perdonado?.

—No creai que después de esto nos vamos a agarrar de la mano y andar en poni, no. Te perdono pero eso no quiere decir que te voy a saludar como si nunca hubiera pasado nada, igual me caes un poco mal.

—Con eso basta y sobra.— el Lucas le sonrió y chocaron los cinco.

—Dani...— salté ya que estaba mirando al Diego y no había cachado de que me tocaba a mí. El Diego rodó los ojos y se volvió a acomodar en su asiento. —Perdón por todo, más a ti que a cualquiera, perdón por todos los problemas que te causé, malos ratos, lágrimas y esas hueás. Perdón por todo. ¿Perdonai a éste ahueonáo?.

—Sí.— lo abracé y escondí mi cara en su cuello. —Siempre quise escuchar solo eso.— le susurré.

—Gracias por perdonarme.

—Ya cabros.— dijo el Diego separándonos. —Estuvo bueno el show. Gabi fue un gusto y Lucas te podí retirar.— mi amiga le dio un beso en la mejilla luego a mí y se fue.

—Chao amigo.— le dijo el Lucas al Diego saliendo.

Él cerró la puerta y se rió.

—Diego.— lo agarré de la polera para acercarlo a mí pero él me alejó.

—Daniela, estoy cansado y tengo sueño.

—¿Y no vamos a tomar once?.

—Hacetela tú, ya no tengo hambre.— entró a su pieza y me quedé solita, buh.

Hueón, Me EncantaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora