Hueón, Me Encantai

XVIII

Gabriela

—¡Gabi!.— me gritó la Dani.

—¡Que!.

—¡Ven!.— fui donde estaba.

—Ya, ¿que pasó?.

—¿Tu cachaste que ayer salí con el Diego?.

—No, no me dijiste.

—Bueno ahora te digo. El Diego el día de mi cumpleaños me hizo una carta que entre varias hueás al final decía que él quería salir conmigo para despejarme de todo lo que a pasado y blablabla, yo ese día no podía por que tenía el juicio justo a la hora que me dijo; la cosa es que corrimos el día de la salida para ayer.

—¿Culiaron?.

—¡Ay hueóna siempre andai pensando en eso!.

—Sexo, sexo, sexo.— dije golpeando la banca, rodó los ojos y se rió.

—La cosa es que ya, fuimos al cine y dijo que nos quedáramos después de los créditos, no le vi lo malo.

—La típica.

—Ella la con experiencia.

—Si po ¿que creíai?.

—La cosa es que se paró y después yo...— la Dani sonrió así totalmente enamorá.

Se comieron, yo lo sé.

—¡Qué po ahueoná!.

—Él me dio un beso.

—¡SABÍA!.— la apunté. —Yo te conozco hueóna. Los shippeo completamente.

—Pero yo no se lo respondí, osea sí pero después me sentí mal y lo paré.

—¿Por que?.

—Por el Lucas...— ésta hueóna es hueóna. Me tapé la cara con las manos. —Acabo de terminar con él y no sé si me sigue gustando, y tampoco sé si yo le sigo gustando.

—Daniela vo sabí que yo soy care palo pa decir mis hueás.— me chorié. —Hueón, terminaste con el Lucas hace caleta, van a ser como un mes, osea que onda. Yo te conozco y sé que ya no te gusta, por que tu erí terrible leal y si te gustara el Lucas no saldrías con el Diego y no estarías en buena con él por que sabí que el Lucas lo odia. Tu sabes que me carga verte mal pero, he visto varias veces al Lucas a la salida del colegio con una mina y las dos sabemos que no son familiares, se abrazan y hueás así pero si tu le sigues gustando al Lucas tú no tienes la culpa que hayas encontrando a alguien que te haga mejor de lo que te hacía él po...

Ella se tapó la cara con las manos, me acerqué a ella y la abracé.

—Gabriela culiá, tení razón.

—Siempre po wachi.

—Gracias hueóna, gracias por siempre estar ahí conmigo cuando lo necesito.

Conchetumare voy a llorar.

—Ya cortala que no quiero llorar aquí.— nos reímos. —¿Como besa el Diego? Siempre he tenido curiosidad pero también siempre te lo he dejado para ti nomás.

Levantó la cabeza para mirarme, me miró súper feo y enojada, se volvió a acomodar en mí.

—Besa rico.— me dijo y nos reímos.

—¿Quien besa rico?.— preguntó enojado.

Mierda.