Ahora todo lo hacía monótonamente como guardar todas las cosas en la mochila. No era nada nuevo para mi entrar a la mitad del siclo escolar, la chica nueva siempre llamaba la atención en todos los aspectos, estar rodeada de publico y que toda la atención este sobre ti, era algo al que yo ya estaba acostumbrada.
Demasiado acostumbrada diría yo.
Me eche un último vistazo en el espejo, mi cabello estaba perfectamente acomodado, mis risos por fin estaban comportándose como debían, mi maquillaje estaba espectacular, yo estaba espectacular.
Acabemos con esto de una vez.
Tome mi mochila y mi celular de la cama y baje con cuidado las escaleras, iba olfateando el desayuno que mama estaba preparando, huevos, salchichas y tocino.
-Hola familia. – me anuncié al entrar a la cocina, esta vez decidí evadir a mi hermano que se encontraba en la barra con mi padre a su costado, yo por otra parte me acomodé en el comedor. –
- ¿Todo en orden Natasha? – pregunto mi madre, colocando un plato con todo lo mencionando anteriormente. –
-Por que no iba a estarlo. – respondí devorando mi desayuno. –
Todos en la cocina se encontraban completamente en silencio, mi hermano se encontraba tecleando en su celular, y por otra parte mi padre hablaba con un cliente por su celular, obviamente. Mi madre lavaba los trastes distraídamente.
Aproveche todo esa para acabar lo mas pronto mi desayuno he irme, no quería llegar con mi hermano.
-Chicos. – dijo mi padre colgando su celular y colocándolo en la barra. – ¿van a ir en sus respectivos coches o van a ir en uno? –
- ¡Separados! – grite parándome de la silla y tomando la mochila en mis manos. – Que, por cierto, me voy ya. – dije tomando con la otra mano el plato vacío. –
-Muy bien. – dijo mi padre mirando como le entregaba el plato a mi madre. – No hagas eso hijo. –
- ¿Qué? – bramo Nate. –
-Desayunar con el celular. – respondió quitándole de las manos el aparato a Nate. –
Me despedí de mi madre, viendo como reprendían a mi hermano, me acerqué a mi padre, le di un beso de despedida y Sali de casa.
La escuela como dijo mi padre estaba atrás del pueblo, no muy lejos, pero si un poco retirada, el camino era de terracería y las llantas de mi auto apenas se empezaban a costumbrar, el auto no estaba echo para este tipo de camino.
Al subir una pequeña montaña, la escuela quedo a la vista, era grande, tenia un gran estacionamiento y la escuela a lo que podía ver era de dos pisos. Desde donde me encontraba yo se podía divisar el gran campo de futbol americano, junto con las grandes gradas.
En cuento el auto entro al gran estacionamiento, los pocos grupitos de chicos que se encontraban recargados en sus coches se quedaron expectantes al mío.
Encontré un lugar libre justo enfrenté del campo de futbol americano, donde pude divisar un grupo de porristas entrenado, y del otro lado se encontraba todo el equipo de futbol americano. Al bajar del auto quite con mi mano el cabello que se encontraba justamente en mi cara.
Como dije, todas las vistas se encontraban en mí, coloqué mi mochila en mi hombro y empecé a camina ignorando todas miradas sobre mí.
Al entrar a la escuela me encontré con un pasillo enorme y lleno de casilleros azules, en el piso se encontraba el nombre del equipo de futbol americano, Los Vaqueros. Y un sombrero arriba del nombre.
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Domando A Una Diva
RomanceEsa niña con el corazón herido todavía seguía ahí. No adaptaciones ni copias.