CAPITULO #31

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Me senté sobre la manta dejando mi bolsa y mi chaqueta sobre una de las pacas que se encontraban atrás de mí. Alan me siguió enseguida, se posiciono caballerosamente a mi lado, empecé a observar la comida que se encontraba en los platos blancos, Alan tomo el vino y empezó a servir en las copas de cristal, me paso una y gentilmente la tome.

-Gracias.-murmure pegando la copa a mis labios.-

Seguí inspeccionando la comida, había una caja de donas que no había visto antes, en los platos se encontraban pedazos de pizza con espaguetis y albóndigas, también había un par de cubiertos.

No podía dejar de sonreír por la cantidad de comida que había en los platos, ni si quiera podía imaginar que era lo que había en esa canasta.

-No puedo creer que hayas hecho todo esto.-dije bajando la copa para colocarla a un lado de mi.-

-¿Te confieso algo?-cuestionó de lo más serio.-

Asentí con la cabeza y el prosiguió.

-No había hecho esto antes por ninguna otra chica.-

Contuve un suspiro y empecé a sonreír mientras jugaba con mi cabello.

-Adoro que hagas eso cuando te pones nerviosa.-murmuro quitando mi mano de mi cabello para poder entrelazarla con la suya.-

-¿Cómo sabes que estoy nerviosa?-pregunte de inmediato.-

Alan sonrió ante mi respuesta, no dejaba de verme a los ojos y yo no podía apartarlos tampoco, llevo mi mano lentamente hasta sus labios mientras que yo contenía un suspiro. El besó la parte dorsal de mi mano, sin dejar de verme.

-¿Ya te dije que te miras hermosa hoy? Bueno, tú siempre luces así.-

-Gracias.- murmure.-Tu tampoco te miras mal esta noche.- lo elogie mientras tomaba de nuevo la copa entre mis manos.-

El agacho la cabeza, mostrando un aleve sonrisa en sus labios.

-¿No me vayas a decir que te pongo nervioso?-cuestione mientras tomaba un par de sorbos de vino.-

Alan alzo la cabeza, su mirada reflejaba algo tierno y varonil, su boca formo otra sonrisa al verme.-Tú me pones de todos los modos.-

Evite que saliera una carcajada de mi garganta y tape mi cara con mis manos.-Creo que deberíamos de empezar a comer.-murmure.-

Alan meneo su cabeza.-Te encanta arruinar los momentos románticos.-

-Solo cuando estoy nerviosa.-confesé tomando un plato para empezar a comer.-

-¿Entonces te pongo nerviosa?-pregunto con una sonrisa coqueta en sus labios.-

-Un poco.-murmure prestándole atención al pedazo de pizza en mi plato.-

Alan rio y me paso los cubiertos.

Empezamos a comer, mientras los dos sacábamos tema de conversación, Alan me contaba anécdotas graciosas que le habían pasado en el transcurso de su vida, y yo le contaba sobre todos los lugares en donde había vivido, los países que había conocido, mientras que el me decía que el jamás había salido de esta lugar, solo había ido algunas cuantas ciudades cerca del pueblo.

Mientras la noche pasaba, el tema de conversación seguía fluyendo, los platos ya se encontraban vacios, el vino a punto de terminarse y la caja de donas ya se encontraba bacía, la música seguía fluyendo de la pequeña bocina. Nosotros seguíamos con conversaciones nuevas, las risitas nerviosas, los coqueteos y las carcajadas seguían y seguían, el tiempo pasaba y nosotros estábamos en nuestra propia burbuja, no podíamos parar las miraditas entre nosotros, ni mucho menos los roces torpes que teníamos por accidente solo para estar cerca del otro.

Domando A Una DivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora