CAPITULO #32

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La noche era un poco fría, el cielo estaba estrellado, la fresca brisa movía mi cabello al cabalgar, todo era totalmente maravilloso, y yo estaba que no me la creía, me sentía feliz y liberada al fin.

Alan nos guió hacia la parte trasera de su casa y en cuanto empezamos a cabalgar sentí las intenciones que tenía.

- ¿No estaba prohibido entrar aquí? - pregunte con una sonrisa coqueta en mis labios. –

-Hare una excepción por ti. -contesto guiñándome un ojo. –

Sonreí al verlo bajar del caballo, para abrir la puerta de madera que no había notado, me hizo un ademan para entrar y sonreí guiando a mi caballo hacia el enorme sendero, Alan me siguió de tras mientras cabalgaba hacia el gran roble que siempre miraba desde mi balcón, desde ahí todo se miraba cerca y lejos a la vez.

Cuando llegamos al roble nos bajamos de los caballos dejándolos descansar Alan los, amarro de una rama salida del árbol y vino a mí con una manta color azul, la tendió abajo del árbol muy cerca de las grandes raíces del roble.

Nos acostamos ahí, yo arriba de su pecho y el tocándome el cabello, mientras mirábamos las estrellas, hablábamos de nada y de todo a la vez, de cosas interesantes y otras no tanto, nos reíamos de los gustos en común que teníamos y de las comidas que realmente odiábamos. Lo escuchaba atentamente y más cuando se ponía hablar de las fascinaciones que tenía, como que le encantaban las camionetas y no los autos deportivos como el mío o que le encantaba ver mi cabello suelto, reí ante eso.

-Sabía que me observabas. - dije pegándome más a su cuerpo cálido y colocando mi mano en su pecho. -

- ¿Te digo un secreto? -pregunto haciendo que toda mi atención estuviera sobre él. -

Levante mi cabeza a sus ojos, desde aquí se miraban brillantes y muy bonitos, su barba, sus mejillas, todo él era espectacular. -Dime. -

-Desde que caíste en mis brazos, ese día supe que estaba acabado. - dijo mirando directamente a mis ojos. -

- ¿Acabado por qué? - pregunte. –

-Por qué sabía que no te iba a poder sacar de mi mente jamás. -

Sonreí, sintiendo algo cálido en mi pecho, me levante en mi codo para poder ir directo a sus labios, lo bese y me correspondió enseguida colocando sus fuertes brazos sobre mi espalda, y en ese preciso instaste supe, que ya no iba a querer irme de su lado, que quería quedarme aquí donde estoy hoy, en sus brazos, donde me sentía completamente viva de nuevo y feliz.

Los meses pasaron rápido después de nuestra cita, ya habíamos tenido una cita doble con los chicos varias veces, el clima ya había cambiado, como también el aura de la escuela y unas casas, ya las empezaban a adornar y muchos se preparaban para la...

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Los meses pasaron rápido después de nuestra cita, ya habíamos tenido una cita doble con los chicos varias veces, el clima ya había cambiado, como también el aura de la escuela y unas casas, ya las empezaban a adornar y muchos se preparaban para la fiesta de la ciudad y el gran esperado baile de disfraces de la escuela, ya estábamos en septiembre faltaba poco para octubre y la gente ya se estaba poniendo un poco loca al respecto.

Domando A Una DivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora