La música era alta y retumbaba en mis oídos, podía sentir la vibración en mis pies por el movimiento que hacían todas las personas al momento de bailar.
Las personas iban en coordinación unas con otras, izquierda, izquierda golpe y vuelta, derecha, derecha, golpe y vuelta y eso iba acompañado con un aplauso al final.
Bueno, no se miraba tan complicado.
Hasta que la música cambio de ritmo. Las personas empezaron a gritar de emoción, los chicos chiflaban y aullaban como locos. Y yo me encontraba parada en medio de ellos, sin hacer absolutamente nada.
Yo sé bailar, pero el country es muy diferente.
-Vamos a ver si puedes seguirme el paso.- Dijo Alan inclinándose un poco hacia mi.-
Empecé a observar a las personas, y los pasos tan complicados que hacían.
Tobillo, tobillo enfrente, izquierda, izquierda, golpe, aplauso. Tobillo, tobillo enfrente, derecha, derecha, golpe, giro y aplauso. Y otras ves volvían a empezar.
-¡Creo que me iré a sentar!- exclame cuando Alan aplaudió en mi rostro. –
-Ho claro que no. – dijo tomándome del brazo. – Te mostrare como se hace esto. –
-No creo que esto sea una buena idea.- dije caminando de la manera en que él lo hacía. –
-Me vas a decir ahora que no sabes bailar. – exclamo. – ¡Estas en las porritas!
¡Sí me miras!
-Ho claro que se bailar. – dije un poco irritada. –
Si estuviéramos en la ciudad, vieras a lo que me refiero.
-¡Entonces demuéstramelo Natasha!- grito animándome a hacerlo.-
Un suspiro salió de mis labios, mire a las personas que estaban enfrente de mí, y empecé.
Tobillo, tobillo enfrente, izquierda, izquierda, golpe, aplauso. Muy bien ese era el primer paso y ya estaba realizado.
-Vez que si se puede. – Alan bailaba sin quitarme la mirada de enzima, -
Y ahora llegaba lo complicado.
Tobillo, tobillo enfrente, derecha, derecha, golpe, giro... y pierdo el equilibrio, tropezándome con la persona a mi lado.
-Disculpa...- dije mirándolo. –
Cuando esa persona volteo a verme, mi boca se abrió de la sorpresa.
-¡Noo pueede ser!- dijo Nathaniel arrastrando las palabras.-
Lo que me faltaba.
-¿Qué estás haciendo aquí?- dije tomándolo del brazo.-
-Vino conmigo.- dijo la voz melosa de Tamara asomando su cabeza.-
¿No podía irme peor esta noche?
Mi hermano borracho y Tamara...
¿Quién lo iba a decir?
-Sera mejoor que te vayaas a casaa. – dijo Nathaniel mirando a la persona que se encontraba atrás de mi. –
Era obvio que Nate hablaba por el alcohol que había tomado. Y por el chico a mis espaldas.
Mi ira creció.- ¡No!- exclame tomando a Alan del brazo. –
-Nataasha.- advirtió mi hermano con su voz.-
Pero yo ya me encontraba caminando al otro lado de la pista, arrastrando a Alan conmigo, hasta que una mano dura y pesada me volteo hacia él con brusquedad.

ESTÁS LEYENDO
Domando A Una Diva
RomanceEsa niña con el corazón herido todavía seguía ahí. No adaptaciones ni copias.