CAPITULO #35

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Viernes por la noche y noche de futbol americano, todo estaba listo para dar inicio a este partido y como siempre había casa llena, todo el pueblo se encontraba aquí a excepción de mis padres ellos quisieron tener una noche de descanso para ellos dos, sonreí al recordarlos, se lo tenían muy bien merecido la verdad.

Mamá cada vez era más famosa en el pueblo por su zapatería y papá le encantaba el pueblo, decía que era mejor estar cerca de los inversionistas, por otro lado, Tamara estaba más enamorada de mi hermano y viceversa, Tamara intentaba ser la hija perfecta para mis padres y lo había conseguido, no tan rápido como Alan para mi mamá, papá duro un poco más, pero al final cedió ante su encanto y quién no.

Las noches ya empezaban a ser más frías, ya nos empezaban acercar al otoño, las hojas ya empezaban a cambiar de color, algunas hojas ya caían al frio suelo, de hecho, ya empezábamos a tener algunas lluvias, lluvias totalmente leves.

El partido comenzó y nosotras nos empezábamos a acomodar para hacer nuestra pequeña rutina, los altavoces sonaban, la afición estaba más que despierta, los gritos, los chiflidos y hasta los abucheos se hacían presentes, risas, murmullos y de más se escuchaban en las gradas, los aplausos y el sonido de los gritos de los jugadores era algo ensordecedor.

Las pisadas de los jugadores, el ruido del contacto cuerpo con cuerpo era algo casi salido de una película. Nuestras sonrisas, los pompones en nuestras manos y el movimiento de caderas tenia a la mitad de los estudiantes entretenidos en nuestra dirección, y la verdad era que no estaba pensando demasiado, los bailes, las piruetas y los brincos me mantenían con la mente concentrada en lo que estaba haciendo, nuestros gritos chillones y porras hacían que los aficionados se emocionaran más, hasta había algunos que en vez de ir a ver el partido ibas para solo vernos a nosotras, cuando me entere de eso me sentí como si estuviera en las películas de Triunfos robados. ¿Qué tan loco sonaba eso?

A medida que la noche pasaba, los jugadores se sentían más presionados, el marcador estaba 18 a 15, íbamos ganando, pero los chicos no querían darle ventajas al equipo contrario. En algunos momentos en el campo, Alan lanzaba miradas rápidas en mi dirección, siempre nuestros ojos se encontraban casi al instante, se limitaba a guiñarme el ojo y era bien correspondido con un beso volador, sabía que nosotros teníamos esa chispa que de alguna manera nos hacía especial, sabíamos los dos que estábamos totalmente enamorados el uno del otro, aunque no lo habíamos dicho abiertamente, los te quiero y te amo eran palabras muy valiosas al igual que los actos que conllevaban a esas palabras y me encantaban.

Una media hora después el campo casi se encontraba vació, algunos alumnos hablaban con las porristas, otros con los jugadores, todos estaban charlando acerca de las jugadas y las estrategias que se tomaron en último minuto. Camine con mi bolso del GYM y mis pompones en mano hasta las bancas donde los jugadores esperaban su turno de entrar a la jugada, tire mi bolso junto con los pompones cuando me acerque a la banca, me senté y mi mirada se posó en el marcador 21 a 18, Los Vaqueros habían ganado, todos se iban a celebrar en algún llano fuera de la ciudad o en una casa de uno de los jugadores.

Empecé a observar todo a mi alrededor, el aire frio movía las hojas de los árboles, alborotaba mi cabello y tocaba cada parte de mi piel haciendo que un escalofrió me recorriera el cuerpo entero, todo había cambiado, todo estaba cambiando, las fechas más importantes ya se acercaban y Alan y yo no teníamos ningún plan todavía, y para empeorar todo yo no iba a cambiar las cosas que estaban ya planeadas, tenía que hacerlo por mi bien, y sabía que estaba tomando un riesgo, el riesgo de que Alan se enfadara conmigo al enterarse o que se enterara y se enfadara por todo lo que estaba a punto de hacer.

- ¿Por qué tan pensativa, cariño? - pregunto Alan enfrente de mí, colocando su mochila del equipo junto la mía, se sentó a mi lado y tomo mi mano, su calidez fue más que bienvenida a mi piel fría. -

Domando A Una DivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora