Todo mundo sabemos que los jugadores de futbol americano se llevan demasiado bien con las porristas, y que la vida de algunos en la escuela es esa.
Mi segundo día en la escuela empezaba un poco mejor, Jasón se tomaba muchas molestias conmigo, invitándome a sentar en la mesa de ''Los Populares''
Era una maldita perra cuando me lo proponía, en serio y mi fuerte carácter salía a la luz cuando la gente se empañaba a hacerme la vida de cuadritos, y hoy fue uno de esos días.
Me encontraba en el baño de chicas retocándome un poco, cuando en eso llega la chica de las miradas intensas se posiciona a mi lado, con cara de pocos amigos.
-Sabes... - dijo moviendo su cabello con sus manos. – Parece que Jasón, está muy emocionado con su nuevo juguete. – termino colocando su cadera en el lavamanos y mirándome directamente. –
Sonreí divertida, y volteé a verla. – Creo que esa fuiste tú. – conteste con una ceja arqueada. –
Sonreí de medio lado al ver que su cara se desfiguraba por mis palabras, era obvio que le afectaron. Y en mi defensa ella empezó.
-Escúchame bien zorra... – dijo acercándose a mí. –
Sin dejarla terminar, empecé a reírme. – Quien eres tú para amenazarme de esa manera, maldita perra. –
-Vaya, vaya... - dijo la voz de una chica entrando al baño, con dos chicas a su lado. – Y has sacado las garras gatita. –
-No te metas Tamara, no es asunto tuyo. – dijo la chica de mira intensa. –
Y es que ¿Quería más?
-Creo que ya nos dimos cuenta de que no Cintia. – dijo empujando a la tal Cintia con su cadera para quedar justo enfrente de mí. – Soy Tamara, soy la capitana de las porristas, ellas son Miriam y Dayana, y por lo que veo ya conociste a Cintia. – dijo señalando a sus compinches. - ¿Te quieres sentar en nuestra mesa? – pregunto observándome. –
Cintia abrió su boca. – Debes de estar bromeando Tamy. –
-Nunca bromeo querida, cuando quiero algo lo obtengo. – dijo sin dejar de mirarme. –
Las mire sin entender absolutamente nada, pero era obvio que Tamara era la líder de ellas y de las porristas.
Sabía que le molestaría mi presencia a Cintia, así que para molestarla me sentaría con ella, la popularidad venía a mí de nuevo.
-Por que no... - conteste. –
-Yo no me sentare con ella ahí. – exclamo Cintia a Tamara. –
-Yo me encargo de ella. – dijo Tamara guiñando su ojo hacia a mí. –
Tamara toma a Cintia del brazo y salió junto a sus compinches.
Suspire, tratando de entender lo que había pasado. Termine de retocarme y Sali del baño, dispuesta a ir a mi siguiente clase.
Me encontraba ya en el salón de química, estaba a punto de tomar mi bata blanca, cuando alguien mas la toma por mí.
-Me quería disculpar por lo que paso ayer. – dijo Alan destendiendo la bata entre sus manos para poder meter mis brazos. –
Le di la espalda y metí mi brazo a la bata. – Ya te disculpaste ayer, por que hacerlo de nuevo. –
-Creo que no lo hice correctamente. – dijo, mientras metía mi otro brazo. – Me preocupe al ver que te había echo daño. –
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Domando A Una Diva
RomansaEsa niña con el corazón herido todavía seguía ahí. No adaptaciones ni copias.