CAPITULO #17

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Y si, realmente me estaba comportando como una boba.

Antes de que alguien me viera sonriéndole a la nada, decidí entrar a casa.

No sabía ya que estaba pasando conmigo, primero pienso una cosa de la situación y luego pienso otra, y después actuó de una manera completamente diferente a las anteriores, realmente Alan me estaba volviendo loca.

Estaba a punto de subir las escaleras, cuando escucho la voz de mi padre en la sala.

-¡Cariño!-

Trago saliva colocando un pie en un escalón. -Siii... -

No estaba la camioneta afuera ¿O sí?

-¿No piensas saludar a tu padre?-pregunta con voz acusadora.-

Pero qué rayos hacia tan temprano en casa, se suponía que se encontraba en su oficina, en el pueblo, no aquí... ¿Esperen un momento?

Mis ojos se abren enormes y me muerdo los labios.

¿Me habrá mirado salir de la camioneta de Alan?

¡Ho Mierda!

-Cariñooo, ¿Sigues ahí?-

-Mmm, voy...-

Realmente quería desaparecer en ese momento, si no estaba lista para hablar conmigo misma de Alan, mucho menos estoy lista para tener una charla de este tipo con mi papá, y ¿Dónde diablos se encontraba mi madre? y ¿Por qué la camioneta de mi papá no estaba estacionada afuera?

Sonreí antes de entrar a la sala, y mire a mi padre sentado en el sillón con una copa de vino tinto en su mano, mirando hacia la ventana que da al frente de la casa.

¡Maldita sea!

-¿Qué haces tan temprano en casa?- dije yendo hacia al, me inclino y le doy un beso en su mejilla.-

Soy correspondida con un beso en la frente, ese detalle me hace sonreír, recordando los momentos cuando era pequeña, donde él me alzaba en sus brazos y me bajaba dándome un beso en la frente.

Con un suspiro dejo mis cosas en la mesita de cristal que esta justamente enfrente de mi papá.

-Decidí tomarme un descanso.- me respondió llevando la copa a sus labios y dando un pequeño sorbo.-

Trato de distraerme jugando con mi anillo en el dedo.- Me parece bien pero ¿Dónde está tu camioneta papá?-

-Tu mamá la tiene, esta encargándose de los preparativos para la apertura de la tienda.- dijo tomando otro sorbo de vino.-

¡Rayos!

Había olvidado por completo la zapatería de mamá.

¿Cómo se me había olvidado tal cosa tan importante?

Se suponía que tenía que ayudarla con los preparativos... ¿Qué clase de hija soy?

-¿Por qué no te sientas con tu padre?- pregunto dando unos golpecitos en el sillón.-

Trague saliva con dificultad, me pase los dedos por mis risos y me acerque para sentarme a su lado.- ¿Qué pasa papá?-

Un suspiro salió de sus labios y pasó su brazo por mis hombros, recargue mi cabeza en su brazo y me quede ahí, mirando hacia el cuadro que quedaba justamente enfrente de nosotros.

El cuadro consistía de un paisaje en un campo, con un enorme rio, y flores de todos los colores a su alrededor y arboles verdes y frondosos, era realmente hermoso y tranquilizador.

Domando A Una DivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora