Un punzante dolor de cabeza crecía cada vez que me movía de la cama, gire para acomodarme mejor y de una manera en la que mi cabeza no explotara, me preguntaba como rayos había llegado a casa, si casi no recordaba nada, y si forzaba mi mente a recordar el punzante dolor se volvía cada vez más fuerte, así que decidí dejar atrás mis pensamientos y centrarme en las fresca cobijas blancas.
¡Esperen un momento!
¿Cobijas blancas?
Me paralice, realmente me paralice, levante mas las cobijas para ver mi cuerpo y me lo encontré casi desnudo excepto que traía puesto una camiseta de futbol americano en vez de mi vestido y déjenme mencionar que no tapaba mucho este trapo viejo.
No recordaba nada y me daba miedo destapar mi cabeza para asomarme y ver un alma, en vez de eso seguí escondiéndome y pensando una estrategia, es obvio que no hice nada inapropiado anoche, para estar segura moví mi cuerpo un poco y no dolía nada excepto por una zona. Abrí mis ojos enormemente. Ok, respire profundo.
Era obvio que no salí de la casa o ¿sí?
Un destello de anoche vino a mi mente, a mí cayendo de sentón. Relaje mi sistema, por eso me duele el trasero.
Muy bien, muy bien, me siento mejor y un poco tranquila que nada haya entrado por ahí. Dios mío. ¿En qué me metí ahora?
Me puse tiesa y me pegue más a la cama al escuchar la ducha, al escuchar el chorro de agua cayendo al piso.
¡Mierda!
Creo que definitivamente no me había ido de la casa de Jasón y de alguna manera acabe en su habitación, es obvio no, tengo su camiseta.
Respire profundamente y con mucha cautela empecé a bajar la cobija, los rayos del sol empezaron a darme la bienvenida y mis ojos se achicaron y el dolor de cabeza aumento. Acostada en la cama miraba directamente al techo, era de madera, parecida a la mía, con cuidado empecé a sentarme en la cama y observe que de una puerta salía vapor, era obvio que era el baño, mi piel se enchino y mis ojos siguieron buscando una pista de donde estaba, la pared enfrente de mi estaba llena de placas de carro, eran de todos los lugares, Arizona, california, Texas entre otras, en la derecha se encontraba una repisa de caoba con fotos familiares que no alcanzaba a diferenciar de quienes eran, había trofeos, balones de futbol americano de todos los tamaños y medallas, a mi derecha se encontraba una puerta entre abierta donde se distinguía que era un armario, en esa misma pared se encontraban poster de caballos y camionetas de todos los tamaños y también una puerta corrediza parecida a la mía, es obvio que daba a un balcón.
Trague saliva, o eso intente porque mi garganta se encontraba totalmente seca, algo en mi sabía que no estaba en la casa de Jasón, si no en la casa de...
-¿Cómo te sientes?- pregunto la voz de Alan enfrente de mi.-
Gire mi cabeza rápidamente hacia él y algo en mi estallo al verlo con los pantalones de mezclilla desabrochados y sin camiseta dejando al descubierto su grandioso abdomen, gotitas de agua todavía bajaban por ahí, perdiéndose en algún lugar, su cabello negro brillaba por la humedad y yo me encontraba totalmente petrificada por él.
-Seguramente te estarás preguntando qué haces aquí.- dijo al mirarme.-
No conteste nada, solamente hice todo lo posible por cubrir con la cobija mi zona íntima. Alan al notarlo sonrió de medio lado y camino hasta su armario, de ahí saco una camiseta de cuadros azules y se la puso, empezó abotonárselo lentamente, haciéndolo una tortura para mis hormonas alborotadas.
Reuní todas mis fuerzas para quitar la mirada de él y voltear directamente al baño o a unas de las placas de carro que tenía en la pared, no quería que se diera cuenta que estaba babeando por él.
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Domando A Una Diva
RomanceEsa niña con el corazón herido todavía seguía ahí. No adaptaciones ni copias.