CAPITULO #29

1K 64 0
                                    

El atardecer era precioso, esos colores pasteles me hacían sentir muy bien a pesar de todo lo que había pasado hoy, mi mano todavía dolía según en enfermería no se había lesionado nada, solo era un pequeño moretón y se había inflamado un poco, por lo que me recomendó reposo y mantenerlo bajo hielo.

-Que preciosa vista tienes aquí.-

Gire mi cabeza hacia la puerta corrediza, en ella se encontraba mi hermano recargado, con dos tasas en la mano que desconocía su contenido en ellas.

-Es bella.-murmure volteando hacia enfrente de nuevo.-¿Qué pasa?- pregunte haciéndome a un lado para que el pudiera sentarse en el sillón a mi lado.-

Nathaniel entro por completo al balcón aceptando mi invitación se sentó junto a mí, me paso una tasa que en ella contenía café con leche, el vapor de nuestras tasas se podía ver y oler.

-Gracias.-murmure.-

El no dijo nada y nos quedamos en silencio por un momento contemplando el atardecer con una taza de café en nuestras manos. Le soplaba a mi café mientras el aire empezaba a hacerse fresco y el atardecer se convertía en noche, el dolor en mi mano empezaba a desaparecer poco a poco y mi hermano se empezaba a quejar.

-Esta cosa rara está pasando de nuevo.-murmuro tomando un trago a su café.-

-Eso quiere decir que para mañana no tendré absolutamente nada.-dije divertida.-

-Y el que no podrá jugar futbol seré yo.-contesto.-

Nos reímos de lo que dijo y después de un rato el silencio se hizo otra vez, ahora mirábamos el oscuro cielo con miles de estrellas en el.

-Definitivamente la naturaleza es un espectáculo que jamás me cansare de ver.-

-Concuerdo con eso.-contesto mi hermano, un silencio breve se volvió a forman entre nosotros y luego de un rato el hablo de nuevo.-¿Natasha?-

-Dime.-dije volteando a ver esos mismos ojos que miraba todas las mañanas en el espejo, era tan casi perfecto el parecido que hay veces que suelo asustarme por eso.-

-Lamento no poder defenderte el día de hoy... mi deber es cuidarte, por eso soy el hermano mayor, la situación se me paso de las manos y no pude resolverlo.-

-Tranquilo...-dije consolándolo.-No es tu culpa la cosa no paso a mayores y puedo cuidar de mi misma.-

-Lo sé, pero pude evitarlo.-insistió.-

-Ya lo sé, pero por algo pasan las cosas, ¿no crees?-pregunte haciéndolo reflexionar.-A demás nacimos tres minutos de diferencia bobo, que no se te suba a la cabeza.-

-Pero la cosa es que yo salí primero.-dijo en tono de broma.-

-Ya dije con cuantos minutos y no pienso discutir.- respondí mientras me aguantaba una carcajada.-

-Ven aquí.-dijo jalándome a sus brazos mientras me tranquilizaba un poco.-La cosa aquí es que no nos hemos llevado muy bien por lo que paso hace años. Lo lamento, es todo lo que puedo decir...-

-No es tu culpa.-respondí con un nudo en la garganta.-

-Pero provoque algo...-

-Pero tú no impactaste con nuestro coche.-respondí sin pensar.-

Los dos nos quedamos en silencio, mirando las estrellas en el cielo, sintiendo la compañía uno del otro, sabiendo que desde este momento habíamos quitado un gran peso de nosotros.

-Lo siento.-murmuro.-

Suspire.-Yo también lo siento.-

A la mañana siguiente todo era tranquilo, en la casa todo empezaba a mejorar de a poco, papá trabajaba constantemente pero siempre al pendiente de su familia, mamá pasaba más tiempo en el trabajo de lo normal pero siempre hacia video llamadas durante el día y dejaba el desayuno listo, regularmente la mirábamos por las tardes y un poco por la cena, su tienda de zapatos iba viento en popa, y no era para menos, los zapatos estaban hermosos y los proveedores eran demasiados, incluso hubo llamadas de modelos buscando a mamá, estaba totalmente orgullosa de ella. La relación de mi hermano y la mía había mejorado desde ayer en la noche, esa pequeña charla nos ayudo bastante a ambos y hablando de relaciones que iban por buen camino, tenemos mi relación con Alan, había recibido un mensaje de él que quería verme en su establo saliendo de la escuela, la verdad no sabía que esperar de eso, no es que no me agraden las sorpresas pero estamos hablando de Alan.

Domando A Una DivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora