Capítulo 20

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Se giró inquieto en la cama y tapó su cuerpo más con las sábanas. Cuando enterró el rostro en la almohada adormilado e inhaló el perfume de Gabby sonrió y la buscó a su lado extendiendo un brazo.

Frunció el ceño al encontrarla vacía y lentamente abrió los ojos. La habitación aún estaba a oscuras pero las primeras luces de la mañana le permitieron ver que estaba solo.

Se incorporó frotándose los ojos somnoliento y se levantó el pelo apartándoselo del rostro.

Las cortinas se hincharon y deshincharon a causa del aire. La ventana estaba abierta y eso explicaba el clima del interior. Se acercó para cerrarla y divisó un cuerpo en el balcón acurrucado en una esquina.

Abrió la puerta y Gabby ni siquiera se inmutó, seguía con la mirada perdida en el patio interior de la agencia.

-¿Has dormido algo?- preguntó sentándose a su lado y recogiendo las rodillas para rodearlas con sus brazos.

-No mucho- admitió ella ofreciéndole parte de la manta.

Joan cogió la manta y se la echó sobre los hombros, se sentó detrás suyo y la rodeó con sus piernas cubriéndola también con la manta.

Gabby descansó la cabeza sobre su hombro y soltó todo el aire de sus pulmones cerrando los ojos.

-¿Qué hacías ayer en mi habitación?- preguntó relajando los músculos.

-Te fuiste de la cena con dolor de cabeza así que vine para ver qué tal estabas y me encontré la habitación vacía- contó mirando el angelical rostro de la muchacha descansando en su pecho. La abrazó un poco más al notar el frescor de la mañana y descansó el cuerpo en la forja del balcón.

El cielo ya empezaba a clarear y las nubes se tornaban de un color rosado.

-Me senté a esperarte y estaba a punto de salir a buscarte cuando apareciste- explicó cogiendo sus manos bajo la sábana.

Ella bajó la mirada y se quedó observando aquella unión hasta que se decidió a entrelazarlas.

Desde un principio había pensado en ir a buscarla, salir a la calle y buscarla durante horas pero no tenía idea de por dónde empezar. Sin embargo al mirar por vigésima vez el reloj y ver que habían pasado casi dos horas desde que se había sentado se decidió a salir a por ella aunque eso significara recorrerse todas las calles de la ciudad.

-¿Por qué fuiste?- preguntó Joan. Aquella pregunta había rondado su cabeza desde que ella le había dicho el destino de su salida, pero en aquel momento no le pareció bueno preguntarlo.

Lo había pasado realmente mal sentado en su solitaria habitación mientras miles de horribles pensamientos sobre el paradero de la muchacha se paseaban por su cabeza haciendo crecer su preocupación.

-Quería respuestas- contestó ladeando la cabeza y haciendo que su cabello hiciera cosquillas en el brazo de Joan.

-Y, ¿las conseguiste?- quiso saber aunque creía conocer la respuesta.

Gabby bajó la mirada conteniendo las lágrimas que durante toda la noche había derramado al acordarse de lo sucedido horas antes.

-No, sólo conseguí muerte- reconoció apretando el labio enfadada consigo por no haber previsto aquello.

Joan la hizo girar sobre sí misma para poder verla, pero ella seguía mirando el suelo y apretaba la mandíbula. Cogió su barbilla y la obligó a levantar sus preciosos ojos verdes.

Acarició con el pulgar su pómulo haciéndola cerrar los ojos y provocando que una solitaria lágrima resbalase por su mejilla.

-Tú no los mataste- negó él sujetando su rostro para obligarla a alzar la vista hacia él.

Impossible (Nante #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora