La puerta se abrió por primera vez en el día y Gabby se tapó los ojos con el dorso de la mano cuando un haz de luz cruzó la celda deslumbrándola.
Escuchó el ruido metálico de la puerta y la luz dejó de filtrarse entre sus dedos, fue entonces cuando levantó la cabeza hacia su acompañante, aunque sabía de quien se trataba.
-¿Por qué no puedo utilizar mis poderes?- preguntó Gabby a Nathan que se paró a medio camino, había estado muy preocupada desde que, cuando creía que no la vigilaba nadie, había intentado echar abajo la puerta con una fuerte ráfaga de viento. Pero el resultado había sido nada, no conseguía ni un mínimo movimiento del aire que la rodeaba-. ¿Qué me habéis hecho?
-Nada- aseguró él negando con la cabeza-, la fortaleza está rodeada por una especie de campo que evita la utilización de sus poderes a cualquier nante que se encuentre a su alrededor. Rodea el castillo y varios kilómetros a la redonda más.
-No lo entiendo, ¿para qué?- su desconcierto le hizo sonreír. Parecía una niña pequeña que quería saber todo y conocer cada pequeño secreto que le rodeaba. No obstante debía ser precavido, porque no podía pasarse de la lengua. Tenía que tener cuidado con lo que le desvelaba a la que era su prisionera.
-Se podría decir que es una medida de prevención- explicó Nathan acomodándose en la pared fría de la celda y mirando al techo oscuro y húmedo de la misma.
-Si os atacan estaríais indefensos sin vuestros poderes- supuso ella sin comprender la teoría de sus enemigos. Era una medida de prevención que les arrebataba su única arma para defenderse.
-Bueno, no sería la primera vez que conseguimos coger a prisioneros que vienen a recoger a algún compañero encerrado por aquí- comentó haciéndola palidecer.
Por un momento el pensamiento fugaz de que sus amigos estuvieran dentro de aquel campo y expuestos a un peligro que desconocían la provocó un escalofrío.
-Además, casi todos los que estamos aquí o somos expertos en defendernos sin recurrir a nuestros poderes o nos estamos entrenando para ello- añadió Nathan encogiéndose de hombros.
-Entonces aquí no tenéis poderes, sois como humanos- recapacitó Gabby.
-Nunca digas eso aquí- advirtió Nathan mirándola con seriedad. Había abandonado sus vistas del techo para transmitirle con la mirada la gravedad de lo que decía-. Nosotros seguimos siendo nantes, pero como ya he explicado antes es una medida de prevención.
-¿De prevención para qué?- quiso saber ladeando la cabeza, por primera vez había captado su atención.
La mirada de él se suavizó y asintió sopesando en la forma de responderla sin contarle algo que no tuviera que saber.
-Evita conflictos entre nosotros- respondió eligiendo con cautela sus palabras y pensando que cuanto más cortas fueran sus contestaciones menos posibilidades tenía de hablar de más.
-¿Te refieres a peleas?- supuso Gabby interrogante mientras su acompañante asentía-. Pero si sois especialistas en otras armas podéis haceros daño igual.
-No sería lo mismo, estaríamos utilizando armas creadas por humanos no las armas de los nantes- explicó Nathan con tranquilidad, como si se hubiese aprendido un discurso o le hubieran grabado aquello a fuego en la memoria que en el fondo era lo que había pasado.
-Entonces, ¿les echáis la culpa a los humanos de lo que hacéis con sus armas?- preguntó incrédula.
-Mira, Gabby, el escudo se creó hace unos años para prevenir peleas internas, ataques externos o sublevaciones, de esta forma se mantiene a todo el mundo bajo control- contó Nathan dando a entender que hasta ahí llegaban sus conocimientos o al menos lo que podía contarla del tema.
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Impossible (Nante #1) ©
Fiksi IlmiahSinopsis Siempre han existido sucesos extraños a nuestro alrededor, sucesos a los que nunca hemos prestado mucha atención. Apagones, inundaciones, lluvias torrenciales imprevistas en pleno verano, comportamientos extraños... Muchos sucesos a los que...