Capítulo 7 - Lord de Verona, expedicionarios de Melthammer y cambio de cuerpo.

3K 347 62
                                    

Despertando de un reparador y satisfactorio sueño que pareciera haber durado siglos por lo relajante que fue, solo podía pensar que fue una maravillosa noche.

Ahora que me doy cuenta, ¿Madre no mencionó que ciertos cambios ocurrirían? Si uno de ellos es el dormir como un ángel, entonces quisiera haber reencarnado en esta vida hace mucho.

Intenté levantarme de la red de seda tipo cama que usualmente frecuento cada vez que duermo, pero la red estaba algo extraña, era un poco más pequeña de lo que recuerdo.

Decidí sentarme para ver que era lo que sucedía y, para mi sorpresa, en lo que estaba sentado no era directamente mi cama, sino un capullo.

Más impresionante aún, el capullo ya estaba abierto conmigo en su interior, lo que quiere decir...

— ¿Metamorfosis? Eso parece ser el caso... —me pregunté a mi mismo mientras observaba ciertos lugares del capullo.

— ¿Conoces el proceso de evolución? No recuerdo haberte hablado nunca sobre ese tema —respondió una voz rasposa femenina cerca de mí. Es Madre.

Ella se encontraba a unos cinco pasos detrás de mí, esperando seguramente que despertara. Por alguna razón.

—Lo mencionaste una vez cuando hablamos sobre un par de mariposas y un capullo en el claro del bosque, por lo que asimilé que sería lo mismo.

Claramente era una mentira, pero Madre seguro entenderá que no quiero hablar sobre eso.

—No recuerdo haber alimentado a un mentiroso... olvidalo. Si sabes lo que significa la metamorfosis, entonces me ahorraré la explicación detallada y no preguntaré el cómo. Puedes darte cuenta de tus cambios a simple vista, pero resumiré; Clase Loxosceles de la raza Fussa, en posesión del núcleo feérico y el talento requerido para una evolución a subclase. Todo esto te permitió convertirte en un Fussa de la zarpa, puedes apreciar eso por tus pies y las uñas de tus manos.

Madre detuvo la explicación en son de que yo chequeara mi cuerpo.

Con toda la razón, mis piernas además de alargarse, han dado lugar a un par de patas de león de pelaje liso, con uñas bastante largas y al parecer, filosas.

Y eso no es todo, mi piel se ha vuelto un poco morena por alguna raz+on, es similar a la piel de Kali en cierto aspecto.

Los dedos de mi mano siguen de igual forma, salvo las uñas largas y amenazantes que tienen un cierto brillo a contraluz.

Bueno, siempre quise ser Wolverine.

Al parecer también crecí, pero no fue mucho. Por lo máximo mido un metro cincuenta.

—Vaya... esto se siente raro —dije involuntariamente a Madre, la cual acarició mi cabeza.

—Lo sé, cuando pasé por lo mismo hace ciento trece años duré unas horas siquiera para acostumbrarme a mis piernas.

¡¿Ciento trece puñeteros años?! Cálmate, todo está bien, los seres longevos no deberían ser tan raros...

Bien, como decía antes, ahora siendo un Fussa de la zarpa deberías ser capaz de tener una relación directa con el bosque, tu subclase es una muy importante para cualquier Fussa que tenga dominio de un bosque, casi ninguno puede ejercer un control sobre su cuerpo y la naturaleza a través del maná de forma innata —explicó Madre mientras, luego de parar de hablar, cortó un poco de su mano he hizo fluir sangre. Poco después, la sangre dejó de fluir y la que salió se reunió en una bola flotante sobre lo que quedaba de su mano, para luego regenerar el pedazo perdido.— Yo soy un Fussa de la sangre, tengo control sobre la sangre y lo que la compone. En tu caso, tienes control de la vegetación y su estructura interna, puedes jugar con la vida silvestre como quieras siempre y cuando hagas fluir maná y esté en contacto con la tierra.

Quelícero - Reencarnado en otro mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora