Nicolet
08–04–7033 / Arbolada Ominosa de la Niebla Enrarecida.
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Han pasado seis días desde que Lirio, Son y yo partimos de Velteste hacia el reino Demonpit.
Ha sido un largo y extenuante viaje. Mentiría si les dijera que ha sido fácil el llegar, ya que se nos ha dificultado hasta el simple hecho de descansar, ya que para ello, primero teníamos que encontrar tierra firme.
Encontrábamos litorales minúsculos de porciones de tierra irregulares en los cuales podíamos descansar cada tanto tiempo, pero no tardaba mucho en que, sean bestias marítimas y la misma corriente de agua en los alrededores nos corriera. No es que no pudiéramos sobrellevar a las bestias, es que ellas hacían uso del flujo de agua rampante y destructivo que hace división entre Verona y Demonpit para poder atacar a personas en tierra.
Digo, fácilmente pude haber elevado la tierra con magia de tierra, pero para ello tendría que concentrarme primero, y no podía al estar pendiente de un posible ataque, además... Lirio ni siquiera ayudó.
Se quedaba sentada en Son o en un taburete que sacaba de la nada mientras me tocaba a mí eliminar las bestias. En un momento dado, entre los descansos, me alegré de que una de las bestias había logrado avanzar hasta la posición de Lirio.
Lo siguiente que supe es que, después de una distancia dada, la bestia de como cinco metros de alto y de contextura gruesa similar a un molusco desapareció a una velocidad impensable sin siquiera dejar una mota de polvo, era como si hubiera una capa esférica alrededor de Lirio que borraría cualquier ser el cual amenazara su seguridad.
Bueno, no es como que fuera de extrañarse, aunque sus estadísticas bases sean bajas y su nivel sea relativamente bajo, hay que tomar en cuenta que ella oculta sus bonificadores dados por talentos adquiridos.
Debe de rondar como por lo mínimo en 1000P cada uno, así que al diablo.
Volviendo al tema del viaje, atravesamos una gran distancia la cual ni siquiera pude calcular ya que, si no estábamos bajo ataque o estábamos extenuados por el vuelo sin cesar, Lirio estaría clavándome una mirada inicua con una sonrisa.
Cuando le pregunté el porqué de esa sonrisa, entre risas respondió con un: «Solo espera.»
Horas después, cuando logramos avistar tierra, lo primero que pensé fue: « ¿Dónde diablos acabamos de entrar?»
El terreno era extraño, el suelo era de roca y tierra color ladrillo, era raro ver algún ser vivo cercano a las playas, si se podían llamar playas a los tramos rocallosos que conectaban mar y tierra en este reino.
En lo que encontramos una llanura árida lo suficientemente estable como para aterrizar, Lirio le clavó en la espalda a Son una uña y Son de inmediato aterrizó en la llanura, bramó con fuerza, y luego se fue así como si nada.
Al preguntarle qué diablos pasó, Lirio respondió diciendo que ahora Son va en camino a Verona y no volverá hasta que Lirio lo ordene.
Y desde ese momento, en el cuarto día de nuestra partida, ya habíamos llegado a la frontera de Demonpit, pero claramente eso no sería todo. Cual sádico capitán de batallón diría, Lirio me miró de reojo y dijo: «Sigue caminando, aún nos quedan como dos días más de viaje, debemos llegar a un bosque cercano.»
Y bueno... Llegamos hasta este punto.
— ¿Y te consideras el hijo talentoso de Morgana? Hasta un trozo de mierda haría lo mismo si le das magia a tan corta edad y tuviera las memorias de tres mil años de vida. Mueve esos brazos y empieza a matar bestias, no tenemos todo el día.
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Quelícero - Reencarnado en otro mundo.
Fantasy«Después de morir y reencarnar cientos de veces, es imposible no darme cuenta que ya no estoy en la tierra. ¿Acaso son patas las que salen de mi espalda? ¿Por qué nada se asemeja a lo que conozco? En fin, solo es una nueva vida, veamos qué puedo hac...