Capítulo 30.2 - Volver no siempre es sinónimo de relajación

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Alexandre Livinghell.

03–05–7033 / Residencia principal Livinghell, estudio personal "Flor de Luz Celeste".

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Odio mi trabajo.

Lo comencé a odiar desde que el hijo mayor de la familia Baphomet tomó el control de Demonpit.

No es que tenga resentimientos en contra de la nueva familia real, o que tuviera aprecio por la vieja, todo lo referente a la jerarquía política no podría darme más igual, pero hay algo que no me gusta a la hora de cumplir mi trabajo, y ese sujeto lo hace cada vez que tiene la oportunidad.

Hace mi trabajo más difícil justo cuando voy a terminarlo.

Caso contrario no estaría en este preciso momento lidiando, justo al volver a casa, con todos estos ineficientes e innecesarios representantes de la corona.

—Joven señor Alexandre, la situación en el norte se ha vuelto demasiado grave, ¡a este paso, perderemos la costa norte y la ciudad portuaria de Sahuagin! El rey Maghtéridon ha solicitado que aliste sus levas y que sean enviadas al puesto de reuniones fuera de la ciudad.

—Joven Alexandre, el Rey Magthéridon también ha solicitado un documento en el cual plasme todos los pasos a seguir por el ministerio de comercio y bienes nacionales para una correcta administración de los bienes requisados en la batalla.

—Joven Alexandre, aún no ha entregado los trece escritos donde hace mención de los gastos y reservas que se generaron en el último mes por parte de la ciudad, así como tampoco el certificado de casus belli junto a una declaración de guerra firmada que se le ha encomendado redactar, sin estos últimos, bienquisto Magthéridon no podrá invadir las tierras del norte con una razón adecuada.

— ¡Joven señor Alexandre! Las armerías en el paso de galia aún no han culminado la fabricación de nuestro armamento, debe enviar un comunicado para que aumenten la velocidad de producción, caso contrario debería al menos amenazarlos con el requisamiento de sus bienes si la fecha límite es ignorada y el total de armas no llega a tiempo.

Y así, otros siete ineptos empezaron a maullar diciendo "Señor Alexandre" esto y "Señor Alexandre" aquello.

Esto ni siquiera me corresponde resolverlo, todas estas cosas son trabajo de diferentes ministerios hechos específicamente para tratar con tales temas.

Pero no, siendo yo un miembro de las tres casas principales en la ciudad, tengo que lidiar con todos estos temas y luego derogarlos junto con la solución a los ministerios.

Llevarlos a cabo es un trabajo fácil, ¿verdad? Malditos, ni siquiera he podido tener una vida tranquila corriendo entre el campo de batalla y los consulados gubernamentales. ¡Lo peor de todo es, que a mí ni me gusta la política!

Solo es una casualidad que se me dé bien el pensar ideas para desenvolver mucho mejor la política local y que mis estrategias funcionen sea en la guerra o en los suburbios, pero maldición, ¡incluso si yo soy bueno usando la cabeza, eso no tiene nada que ver con que ustedes, ministros y representantes, no puedan siquiera usar sus ligeramente pequeños cerebros para pensar en un plan, ni siquiera en conjunto!

Hijos de... no, esto me lo he ganado yo, debí haber dejado el puesto de jefe a mi hermano. No, incluso si hubiera querido, difunto padre no habría aceptado un no como respuesta respecto a mí aceptando el puesto.

Aún más, esto se debe al hecho de que, en un tiempo de crisis, una estúpida idea que salvó medio país se escapó de mi boca.

Cuanto detesto ese día de juventud...

Quelícero - Reencarnado en otro mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora