Kali
06-01-7033
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El joven amo sigue durmiendo... desde que lo conozco nunca ha despertado temprano por la mañana.
Es raro que alguien como el joven amo, el cual es una persona trabajadora y diligente casi todo el tiempo, nunca se despierte antes de que el sol marque la hora de las nueve. Ahora mismo deben ser un poco más de las seis, me he acostumbrado de nuevo a despertarme tan temprano.
Sin gastar más tiempo de forma innecesaria, tomé un cambio de ropa que me fue elaborado a medida por el amo Nicolet. Intenté evitar que gastara tales recursos como la seda diamantina que desarrolló recientemente en simple ropa para mi uso, pero el insistió diciendo «No se deben negar los regalos» y entregándome otro par de conjuntos ese día.
Ahora que lo recuerdo, tanto la ropa común del joven amo como mi ropa está sucia, veré si puedo ir al arroyo más cercano y la limpio antes de las doce, así aprovecho y tomo un poco de agua y relleno mi jarra.
Volteé a ver al joven amo una vez más antes de irme. Se ha vuelto una costumbre el hacerlo desde hace ya algún tiempo, a veces me cuesta creer que la suerte ha estado conmigo desde que la señora Morgana me arrebató de esos brutos.
Y así, tomando todo lo necesario junto a mi hacha, me encaminé al arroyo... aunque recordando los eventos que han ocurrido estos últimos días terminé llegando al arroyo antes de darme cuenta.
Al llegar, me topé con un grupo de harpías negras que frecuentan el lugar. El joven amo como solo sale a cazar una o dos veces cada tres días y pasa el tiempo en la cueva no ha podido apreciar la cantidad de razas que habitan sus dominios.
Las harpías negras siempre han sido un grupo que destaca entre las harpías por sus alas negras y su actitud malintencionada contra las razas principales, además de que son las más inteligentes entre sus primas. Casi siempre que las veo están acompañadas de dos o más de sus hermanas, cantando y riendo sobre acontecimientos en sus áreas de residencia, o cotilleando sobre sandeces.
— ¡Eh, mirad, es la chica ogro mascota que sirve al nuevo jefe! ¡Hola! —dijo una de las harpías mientras hacía que sus compañeras voltearan.
Saludé a las harpías y me acerqué a donde ellas estaban, era un pequeño conjunto de rocas solidas con flores muy bonitas y agua cristalina que corría del arroyo por lo que me parecía un buen lugar para limpiarme mientras las oía hablar. Que puedo decir, me gustan el tipo de historias que cuentan.
— ¡Oye! Me alegra que vinieras. Chica ogro, sé que ya nos ayudaste hace unos días, ¿pero podrías ayudarnos de nuevo castigando a las harpías de viento? ¡Aún no estamos en la temporada de apareamiento y están intentando buscar machos para copular! ¡Por tercera vez!
— ¿De nuevo? —pregunté sin darme cuenta que dichas palabras salieran de mi boca.
Hace algunos días, debido al ascenso del joven amo como gobernante del bosque, he estado aligerando su trabajo con respecto a los humanos que quieren vivir en nuestras tierras al resolver algunas disputas entre las razas que habitan los alrededores más cercanos a las edificaciones humanas y la cueva donde vivimos actualmente.
Si solo el joven amo se diera cuenta del trabajo que todavía falta por hacer...
Volví mi atención a la harpía que me habló hace un poco y le pedí que me diera unos minutos para limpiar las ropas e ir a alistarme.
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Quelícero - Reencarnado en otro mundo.
Fantasy«Después de morir y reencarnar cientos de veces, es imposible no darme cuenta que ya no estoy en la tierra. ¿Acaso son patas las que salen de mi espalda? ¿Por qué nada se asemeja a lo que conozco? En fin, solo es una nueva vida, veamos qué puedo hac...