09/Ene/18.
10:00pm-11:00pm
Hoy me sentí etérea por primera vez.
Cuando eres una persona que padece de transtorno obsesivo compulsivo, la mayor éxtasis posible de experimentar, es la de sentirse 'agradable', esto se refiere a no tomar consciencia de tus insistencias por un par de minutos, pero de ahí en más, los tiempos varían de mal en peor.
Pero hoy fue distinto, hoy mi mente se sintió etérea.
Éramos cuatro, una niña de 12 y dos mayores que yo por uno y tres años, decidimos salir a ver las estrellas. No habrá prueba de ello, nuestros celulares se mantuvieron apagados por lo que fue una hora exacta que estuvimos mirando el cielo en una perfecta noche a la orilla de la playa.
El silencio reinaba, a pesar de haber conversado y reído por algunos momentos, recostados sobre la tibia arena que juro me hizo sentir como si mi espalda y brazos danzaran encima de la luna o de alguna de las cientos de estrellas que nuestros ojos contemplaban con atención. Las olas tronando cerca de nuestros cuerpos, una brisa que no alcanzaba la suficiente potencia para ser llamada "viento" nos rozaba contra la barbilla hasta la frente. La cama de arena, el espectáculo estrellado.
Y vi mi primera estrella fugaz.
Pasó tan cerca y tan lento, pero también tan rápido. Nos asombramos y sonreímos.
Un deseo.
Debí pedir otro, pero no fui capaz de pensarlo al instante.
Me sentí yo misma a mitad de este proceso.
No necesitaba una conversación elaborada ni una bebida acompañada de chistes bobos, éramos jóvenes mirando el cielo. Sólo eso y nada más.
No tengo idea de cuánto llevábamos cuando el chico de refinado cuerpo, apetecible rostro y hermoso cabello rizado, rompió la regla de usar celular únicamente para poner música.
Todos nos callamos por un buen rato; según yo, han de haber rondando ya los 40 minutos para ese entonces, pero me sentí etérea. Mi mente fue tan feliz como hace tanto no lo era, recientemente me ha dolido alguna parte del cuerpo, desde la cabeza hasta el pecho, constantemente, no para el dolor desde hace ya meses... y sólo entonces dejó de ser así.
Nada de nada.
Todo de todo.
Tuve que escribir esto, no estoy segura de haberlo expresado lo suficientemente correcto...
Pero fue maravilloso.
Y ese momento perdurará en mi memoria.
