Vivimos en un futuro, podemos ver lo que ocurre alrededor del mundo con un simple 'click', podemos mantener los ojos abiertos ante los problemas de la sociedad y las injusticias del mundo, ¿No es genial? Claro que lo es, tenemos tantos avances y tantas cosas tan positivas al alcanzar semejante nivel tecnológico... ¿Pero saben qué más pasa? Nos hacemos inmunes. Resistimos el sufrimiento humano más fácilmente. Memes, tweets, comentarios, videos... Y no digo que estos no nos ayuden a estar informados, ¡Nos son de gran apoyo para poder colaborar y mantenernos enfocados y activos! Pero igual nos destruyen. No estoy volviendo al pasado, claro que no, pero hay lados oscuros... ¿Los asesinatos? Son cosa de cada día, ¿Las violaciones? Es gracioso porque apoyan al humor negro, ¿Los asaltos? ¿Las pérdidas? ¿Los derrumbes, tsunamis, bombas y dolor? No es nada. Hemos avanzado porque nos han quitado la venda de los ojos, pero a veces la fortaleza conlleva sacrificio. Sacrificamos nuestra sensibilidad. Internet a veces nos hace menos y más conscientes al mismo tiempo.
Estuve pensando sobre esto recientemente, ocurrieron los terremotos en México y todo el país se detuvo por un instante. La ayuda recorría los canales de la consciencia gracias a los 'Trending Topics' de Twitter, las páginas de Facebook estallaban pidiendo apoyo... Ahí es cuando la tecnología nos hace fuertes... Pero luego ves todas aquellas noticias: "EL GOBIERNO NO ENTREGA EL DINERO A LA CAUSA" "ENGAÑOS Y ROBOS A LA SOCIEDAD CUANDO MÁS LO NECESITA". Aquellas noticias que te quitan el alma y el espíritu sobre los tuyos. Porque sabes que es verdad. Porque hemos llegado tan lejos que ahora nos ponen la honestidad en una charola de plata para que la degustemos y reclamemos por más cuando se termine... Progresamos.
¿Pero no se parte? ¿No se rompe una partecita de tu corazón al ver a dónde va todo? Y luego piensas en que eres igual. El que esté fuera de culpa, que tire la primera piedra... ¿Acaso no te has reído? ¿No has tomado la crueldad como un crudo chiste negro? ¿No has dejado tu seriedad y dado la media vuelta fingiendo interés?
Llené mi visión de noticias. Llené mis ojos hasta que se derramaron a través de mis lagrimales. Tanto odio, tanta contradicción, tanto desaire. Tan poca esperanza.
Entonces levanté mis ojos de la pantalla, vi al pequeño mundo que me rodea. Vi a las personas que tengo en frente en vez de a las que tengo a kilómetros. Vi sus mentes. Vi sus cuerpos. Y vi sus almas. Sus sonrisas y su preocupación, desviaban la realidad, no interesaba si el gobierno robaba, si nunca sería suficiente para ayudar al mundo... Ponían su granito de arena. Llenaban mi bote de la esperanza con granitos infinitos de arena.
Las personas pasaban los alimentos, proponían entregar lo que necesitaban los otros, buscaban soluciones y una comunicación positiva, buscaban informar y ser informados, ponían granitos de arena que llenaban mis ojos y los hacían estallar a través de mis lagrimales... Pero con alegría. Hacen las cosas con amor, porque las consideran necesarias. ¿Esas bromas pesadas? No había porqué hacerlas, ¿Esa negatividad? Tampoco, más bien brotaba apoyo de sus ojos y de sus bocas, ¿Injusticia? Podría haberla pero para los ojos de ellos; no interesaba. Si alguien más no hacía el bien, no significaba que ellos debían pararse y no hacerlo por su cuenta.
...
Somos humanos.
Todos tenemos humanidad.
A veces tanta realidad nos puede caer pesada, nos puede quitar la esperanza y detenernos de mejorar. A veces en vez de ir tan lejos, debemos simplemente alzar la mirada y notar todos los granitos de arena que la gente a nuestro alrededor pone.
Estamos ligados.
Y no nos vamos a separar.
