Carta de abuso.

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De nuevo quiero poner este tema sobre la mesa porque me parece muy importante dejar en claro las distintas situaciones en las que se da el abuso sexual.


Querido tú:

No estaba cómoda cuando pasaste tus manos por debajo de mi cabello y acariciaste con tus dedos de seda mi cuello, tu tacto por más ligero que se sentía contra mis muslos, era como rasguearme con navajas los glúteos.
Te dije que no me encontraba bien, que la tarde era muy soleada y el cansancio me tenía mareada. Solicitaste recorrer con tus dedos mis clavículas, intentando bajar los tirantes de mi blusa. Te respondí que me encontraba bañada en el sudor del medio día y que prefería esperar un poco.
Yo sólo quería pensar bien las cosas.
Yo únicamente necesitaba de los acogedores brazos de mi mejor amiga que solía aconsejarme sobre ti.
Pero no aceptaste. Tú dijiste: "Ya lo hemos hecho antes, por Dios." Y rodaste tus ojos de manera que me hicieron sentir infantil, como si mi inseguridad no viniera al caso. Y entonces me quedé estática percibiendo tus movimientos sobre mi cuerpo, desde que retirabas mi ropa hasta que me jalabas por las piernas... y finalmente... te deshacías de mis pantalones, mientras yo acogía tu nombre en mis labios, salía danzante entre una queja poco enérgica y un suspiro cansado. "En serio, espera." Te miré a los ojos una última vez, después de haber ingerido aquella droga no me encontraba lo suficientemente fuerte como para oponerme, y más con tu vista encima, demostrándome el poder que eres capaz de ejercer sobre mi cuerpo, sobre mi mente. Aquellos ojos azules tan pequeños y profundos, tu mandíbula bien marcada que me hace recordar a un cuadrado, con los labios delgados y nariz respingada... 'miserable' fue la palabra que se cruzó por mi mente al verte, porque no fui capaz de acallar mis llantos internos, únicamente negar con la cabeza y detenerme de tus brazos cuando mis piernas abiertas esperaban a que te introdujeras en mi cuerpo. Pasé saliva intentando enterrarte las uñas pero aquello lograba saciar tu lujuria.
Luego tomaste mi pequeño cuerpo, tal vez no tan frágil, pero claramente inferior al tuyo, me sentaste sobre ti y esperaste a que me moviera encima de tus muslos. Pero no lo hice, porque no era capaz, ni para eso ni para contestarte: "Que lo hayamos hecho antes, no significa que quiera hacerlo ahora."


⚠️
Quiero aclarar que no he sido abusada sexualmente, Gracias a Dios... no le deseo esto a nadie de cualquier manera, y si les ha ocurrido a ustedes o a alguien cercando: busquen ayuda profesional y tengan en cuenta que son fuertes, díganles a aquellas personas que son fuertes, que no se dejen definir por lo ocurrido. Que nunca se olvida, pero se puede luchar para seguir viviendo y luchar para que menos situaciones como éstas se den lugar.

FEMALE RØBBERYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora