Se unió el último al desastre

10 2 0
                                    

-¡Kai!

Alessandra me estaba gritando con cara de pánico. Me había quedado cerca de diez segundos viendo a la persona de la sudadera imnotizadamente. Cuando pude responder, entendí lo que mi hermana me pedía en un momento, por lo cual de la sombra más cercana traje el bastón de mi hermana y se lo tiré. Ella lo atrapó al vuelo y lo transformó en su doble hoz en el momento en el que aparecía detrás del encapuchado.

Bajó su arma de golpe hacia el hombro de atacante, pero a unos centímetros de éste, la hoz fue detenida como si no llevara fuerza ni tuviera filo con la misma mano por la parte de la hoja.

Antes de que mi hermana siquiera pudiera sorprenderse, con su mano derecha, el encapuchado la tomó del cuello y comenzó a ahorcarla.

Yo ya me había armado y cuando el arma de Ale rebotó en el suelo yo tiré el cuchillo hacia la persona, pero ésta, sin ningún esfuerzo, volvió a atrapar el arma al vuelo, a unos centímetros de su cara.

Aplastó a mi hermana hacia el lavadero, destruyéndolo completamente y se volteó hacia mi. En el momento en el que iba a dar un paso se vió rodeado por un tornado de agua. Mi madre había usado el agua que la separaba del primero para encerrarlo, lo cual era algo muy arriesgado, pero al parecer la ventaja no le molestaba, porque de igual manera no se movió.

Tuve un momento para respirar, pero tras un momento el pequeño tornado comenzó a soltar rayos, lo cual no era algo que hacía como costumbre.

Se escuchó un sonido sordo y un rayo salió disparado hacia mi madre, la cual no tuvo tiempo de reaccionar y retorciéndose por la electricidad, despidiendo un olor a quemado.

El remolino se disipó y expuso nuevamente al encapuchado, que a paso lento se acercó a mi madre. Yo levanté nuevamente mi cadena, pero antes de poder atacar, el de la doble máscara estaba frente a mi, y el aura que emitía era tan fuerte que me dejó paralizado. Verla tan de cerca hacía que se vieran sombras en la máscara, lo cual hacía que incluso la Happy Face diera algo de miedo.

Scarlett se movió en el suelo y tiró agua hacia donde yo me encontraba. Era un acto de desesperación por defenderme, podía notarlo, pero solo nos tiró un poco de agua, lo cual nos dejó la ropa escurriendo.

El encapuchado se dirigió a ella, seguramente para detenerla completamente.

-¡No! ¡No lo hagas! -grité. Estaba desesperado. No tenía idea de que querían, pero ya estaban llegando a un nivel al que nunca nos habían acorralado.

En el momento en el que el de la sudadera iba a poner la mano sobre la cabeza de mi madre, Ale apareció nuevamente tras él y golpeó fuertemente con la hoz. Nuevamente fue inútil, solo que en esta ocasión, tras detener el ataque, su otra mano destelló, dejando claro con cuando la tomara del cuello la electrocutaría. Pero ésta vez, antes que su mano alcanzara su objetivo, recibió un golpe en el costado y salió volando hasta estrellarse en la pared, agrietándola. En el lugar en el que estaba anteriormente, ahora se encontraba mi padre, con tal cara, que hasta un toro se sentaría frente agachando la cabeza, por miedo a lo que pudiera hacerle.

Estaba mirando al que yo tenía de frente, el cual no se inmutó y tomó mi cabeza, presionando contra la pared.

-Te negué tus peticiones y trataste de conseguirlas a la fuerza. Ya deberías saber que dejar guardias de bajo nivel no iba a detenerme. -su voz y expresión despedían rabia, nunca lo había visto de tal manera.- Ahora sufrirás las consecuencias.

La velocidad de mi padre siempre me sorprendía, pero la manera que se movía ahora, era como si tuviera la habilidad de mi hermana y estuviera transportándose de un lugar a otro. El problema era que no era el único. El encontrarme en una situación así hacía que me sintiera impotente, ya que no podía ayudar para nada, ni siquiera era capaz de moverme. En el momento en el que Frank apareció detrás del enmascarado, también reapareció el encapuchado, el cual le puso la mano sobre el hombro y dejó salir una descarga.

No podía hacer más que ver aterrorizado como mi padre era electrocutado, pasando al color amarillo de los rayos que emitía el enemigo. Cuando éste se apartó, yo esperaba ver a mi padre cayendo de cara en el suelo, por el impacto, pero no pareció inmutarse y apuntándole con un dedo lo regresó de golpe al hueco en la pared que anteriormente había hecho.

-Deja de ignorarme, si lo sigues haciendo te mataré sin que te des cuenta y eso sería muy aburrido. -al decirlo el enmascarado me colocó algo en el cuello y se dio la vuelta, listo para enfrentarse a mi padre.

Prisión FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora