Caminaba por los pasillos del instituto, con un libro de apuntes entre mis brazos. Los profesores pasaban por mi lado y los saludaba cordialmente. Trataba de preguntarles que era de él, si sabían algo; sin embargo, no tenía el coraje para decirles.
Suspiré deprimida, dándome un bajón por no verlo. ¿Cuántos días han pasado? ¿6 días? No lo he visto desde el domingo, que un día antes había sufrido una crisis una de sus más confiables amigas. Sentía una gran peso en mi pecho cada vez que lo recordaba, solo tenía grabado el recuerdo de su cara de preocupación al verla convulsionar entre sus brazos y gritando que llamé a la ambulancia.
Puse mis cosas en el casillero, y lo cerré. Era la hora de la clase de química, pero era claro que no la íbamos a tener. Lilith no estaba para darnos la clase, también habíamos perdido varias sesiones de matemáticas. El nerviosismo me carcomía, ¿cuál iba a ser su castigo por faltar a tantas clases?
Cuando llegué al salón los vi a todos despreocupados, riéndose. Por supuesto, ellos no vieron lo que yo vi y no saben lo que sucedió con nuestra maestra.
-Buenas, Marinette. – Alya me saludó con mucha energía.
-Buenos días... - Mi voz delataba mi inseguridad.
Alya se acercó a mí y pegó su mejilla con la mía.
-¿Ocurrió algo que te mantenga así?
Ella era la única persona que me notó de esta forma. Me desparramé en mi asiento, y cerré mis ojos, supongo que a ella sí le puedo contar.
-¿Te diste cuenta que el maestro Agreste y la maestra Vogue han faltado estos últimos días? – Pregunté.
Alya arrastró su silla hasta mi mesa y se plantó en ella.
-¿Te refieres a Lilith y Adrien?
Asentí con la cabeza.
-Pues sí, estaba un poco inquieta por ese asunto.
Apoyé mis brazos en el escritorio.
-La madre de la maestra falleció, y fue a buscar a nuestro maestro.
Los ojos de mi amiga se abrieron en expresión de sorpresa, ella los conocía desde hace mucho. Alya posó su barbilla en su mano derecha, al parecer la noticia le cayó como balde de agua fría.
-No me esperaba esto... Justo mi madre quería visitarla.
Bajé mi cabeza.
-Y junto con eso, a la maestra le dio un ataque...
Alya se quedó extrañada.
-¿Epilepsia?
Asentí nuevamente.
-Creí que ya no le daban de esos.
Negué.
-Nuestro maestro la auxilió y desde ese entonces no los he vuelto a ver.
El silencio inundó nuestro espacio, yo me sentía inquieta por la situación de Adrien. Quería saber cómo se encontraba, qué va a pasar, qué siente él... ¿Por qué no se comunicó conmigo?
Sentí mis manos siendo enrrolladas por otras, alcé mi cabeza y vi a Alya sonriéndome amablemente, una de esas sonrisas que te transmiten tranquilidad en los problemas que estás pasando. Ella acariciaba mis manos.
-Estás preocupada por él, ¿verdad?
No quise responder a esa pregunta, sabía en el fondo que lo estaba, pero me negaba a aceptar preocuparme por él.
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Criminal °Adrienette°
FanficClaramente he mentido cuando dije que no me interesaba, él me había robado; sin embargo, aceptar este amor es inapropiado. Adrien, me robaste como un criminal.