No acepté ni rechacé, verlo de esa manera hacía que me quedara sin ninguna palabra. Adrien era muy guapo, joven y al parecer inteligente, solo que tengo el presentimiento de que no debería seguir viéndome con él, como si algo malo fuera a pasar.
Con la mala carga que tenía veía a Adrien tranquilo conduciendo, estoy segura que cualquier chica quisiera estar en mi lugar. Yo solo quiero comer.
Después de haber recorrido un largo camino, llegamos al departamento. Mi maestro me ayudó a subir las escaleras y entramos, el lugar donde vivía se notaba tranquilo, no tenía cosas interesantes en realidad. Era como una simple habitación con algunos cuantos muebles.
Me senté en la sala, no sabía como iniciar una conversación con él, ya estaba bastante irritada al estar acá que no tenía muchas ganas de hablarle.
-Me quedó un poco de pasta a la primavera, ¿quieres eso o te preparo algo más? - Preguntó saliendo de la cocina.
-No te preocupes, estoy bien con cualquiera. - Respondí nerviosa.
Él se puso un nuevo polo, era negro y en el centro tres rayas de colores. Encima un delantal para cocinar.
Me reí un poco porque parecía un amo de casa, se veía muy hábil en las tareas domésticas. También por la parte en la que su casa andaba completamente limpia, además olía muy bien, solo que me pregunto cuantas mujeres más llegarán a estar aquí.
Al acomodarme un poco en el sofá sentí que mis dedos rozaron con una tela entre los cojines, intenté sacarla pero al parecer estaba metida entre los muebles. La jalé y me llevé con la sorpresa de que era un brasier negro, supongo talla D... ¿Es enserio?
-Aquí esta la comida. - Adrien entró sonriente a la sala.
Me quedé con el brasier colgando en mi mano derecha, Adrien al verlo se quedó inmóvil y yo rápidamente lo volví a poner en su lugar.
-Creo que te faltó guardar eso. - Comenté.
-Que incómodo que una alumna haya presenciado eso, lo siento. Aquí tienes. - Dijo alcanzándome el plato con la pasta.
Al ver la comida no aguanta más y metí mi cara en el plato, no sé si haya sido el hambre que he sentido que este plato ha sido el más delicioso que probé antes.
Mi maestro estaba sentado a mi lado comiendo también, solo que obviamente más lento. Prendió la televisión y puso documentales de la revolución rusa, creo que esto le parecía divertido.
Cuando terminé mi plato lo puse en la mesa pequeña que estaba al frente, mi estómago estaba completamente satisfecho y yo feliz, aunque presionada.
-Será mejor que me vaya. - Mencioné intentando pararme.
-¿Tu tobillo se encuentra mejor? - Preguntó.
-Sí, claro. Muchas gracias por la comida.
Me levanté pero me falló mi pierna, casi iba a caer al suelo si no fuera por los reflejos rápidos de Adrien. Sus brazos rodeaban mi cintura y yo me había quedado atónita por nuevamente recibir su ayuda.
-Quédate sentada, voy a traer mi botiquín para si quiera ponerte una venda, ¿está bien?
Adrien tomó mis manos y gentilmente me cargó para volver a ponerme en el sofá. Se fue y volvió velozmente.
Estaba avergonzada, sentía que le estaba causando muchos problemas e incomodidades, de verdad ya no quería estar aquí.
-Lo siento... - Susurré.
-No te disculpes, quiero ayudarte. - Musitó.
¿Ayudarme? ¿Por qué a mí? Agarró mi zapato y lo quitó, luego tomó una de mis medias panties y delicadamente lo bajó hasta llegar a mi pie. Sacó del botiquín una crema la cual la frotó en mi tobillo que de verdad me dolía.
-Disculpa si te llego a incomodar, no quiero llevarme mal contigo. - Dijo.
Me quedé en blanco.
-No entiendo porque me estás ayudando. - Respondí en voz baja.
Adrien se detuvo y me miró.
-Porque me pareces una persona interesante.
Sonrío levemente y siguió frotando mi tobillo. No me esperé esa clase de respuesta y sentí como el calor se subió a mis mejillas, tenía mucho miedo, parecía que así conquistaba a sus demás "amigas".
-¿Por qué vives sola acá? - Quería sacar un tema de conversación.
-Son cosas personales.
Se quedó callado. Al terminar de ponerme la crema, Adrien se levantó para ir a guardar el botiquín.
-Creo que de verdad es mejor que me vaya. - Mencioné.
-Esta bien. - Se aclaró la garganta.
Me tomó por el brazo y me ayudó a ponerme de pie, luego para ir a mi departamento. Saqué las llaves que estaban en mi morral, abrí la puerta y entramos.
Prendí las luces, mi departamento era un poco más pequeño que el de él. Llegamos a mi sofá y Adrien me tendió justo ahí, solo que se mantuvo un buen rato pegado en mi delante.
No podía irme para otro lado, me tenía rodeada, sus dos brazos estaban alrededor mío y su pierna estaba entre mi falda... No había manera.
-¿Qué es lo que piensas hacer? - Pregunté.
Se quedó mirándome fijamente a los ojos.
-Sabes que te estás metiendo en problemas, ¿verdad? - Seguí insistiendo.
No respondía nada.
-Tú tienes 22 años y yo 16.
Por más que dijera algo el seguía ahí. Puse mis manos sobre su pecho para empujarlo, pero el rápidamente tomó mis brazos.
-De alguna manera has logrado captar mi atención. - Pasó su dedo por mi mejilla.
Sentí escalofríos.
-Llámame si necesitas algo, yo estoy para ti.
Dijo eso y me dejó sola en el sofá.
Aquellas palabras seguían resonando en mi cabeza, no sabía sí confiar en él, tengo dudas porque tal vez Adrien solo esté jugando conmigo.
Capítulo 03: "No confíes"
-Hola a todos ✨ lamento haberme ausentado tanto tiempo, tuve un viaje con mis amigos y me desconecté totalmente de las redes sociales. Muchas gracias a todos los que siguen este fanfic nuevo; estaba escasa de ideas, pero este fanfic me da algo de esperanza para seguir escribiendo.😅 Un saludo y abrazo a @Marichat8989 que con sus palabras hacen que sigan con esta historia. ❣ Pronto publicaré un nuevo capítulo, así que no os preocupeís. 😽-
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Criminal °Adrienette°
Hayran KurguClaramente he mentido cuando dije que no me interesaba, él me había robado; sin embargo, aceptar este amor es inapropiado. Adrien, me robaste como un criminal.