Capítulo 11: "Los secretos de un profesor"

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En el receso solo recordaba la conexión entre ellos dos, yo lo suponía... Si Adrien se encontraba así, significaba que esa mujer no era cualquier persona.  

-Oye

Adrien es un mujeriego, sí. Solo que cuando lo vi con Lila, en su mirada veía desinterés, como si solo fuese por el momento. ¿Por qué a Lilith la mira con incertidumbre?

-¡Marinette!

La voz que gritó mi nombre me sacó de mis pensamientos, volviendo a mi realidad. Estaba sentada en la azotea, con el tenedor en mi mano y mi almuerzo en mi regazo.

-Te pedí pasar tiempo contigo, pero al parecer no me estás haciendo caso. - Veía los labios de Alya moverse.

De verdad que estaba muy distraída.

-Lo siento, no suelo distraerme así. - Dije suspirando.

Alya hice un gesto pícaro y se acercó a mí.

-No me digas que es un chico. - Su mirada ladina me incomodaba.

-Para nada. - Respondí cerrando el táper, a pesar de solo haber comido la mitad.

Mi compañera se estiró y apoyo sus brazos en la baranda que daba al patio, miraba al cielo distraídamente y jugueteaba con sus cabellos.

-Um... Yo creí que sí, el chico que se sentaba a tu costado no paraba de verte. - Canturreaba.

¿Christophe? Simplemente no quiero saber más de él.

-No tengo interés en nadie. - Comenté.

Alya se volteó y quedó sorprendida ante mi firmeza, aunque de todas maneras me dedicó una sonrisa. 

En ese mismo instante tocó el timbre de fin del descanso, las dos nos dirigimos al salón, a paso liviano y lento. No recordaba las clases de Lilith, estaba perdida en la luna, no tenía nada apuntado y eso era un gran problema.

Caminaba al lado de Alya, hasta a ella se detuvo a mitad del pasillo y empezó a tocar sus bolsillos fuertemente.

-Rayos, olvidé mi celular. ¿Puedes adelantarte? - Preguntó.

-Sí, ¿quieres que lleve tu mochila?

-Es muy amable de tu parte, ¡gracias!

Alya me tendió su mochila y se fue con una gran sonrisa. Nunca antes una chica me había hablado de esa manera, solo se acercaban a mí cuando necesitaban algo o rumoreaban a mis espaldas.

Eso era lo que más detestaba, gente hipócrita, la veía en todos lados. En secundaria por salir con Christophe, muchas chicas me alejaron del círculo social. ¿Por qué? Seguro por envidia, pude disfrutar el querer en esa época, pero la amistad se encontraba muy lejos de mí. ¿Podría disfrutarla ahora?

Avanzaba con la mochila entre mis brazos, ya no faltaba mucho para llegar a mi salón. A dos aulas de la mía vi a Adrien y Lilith conversando delante de una puerta, joder.

No sabía el porqué me escondí detrás de una pared, parecía una acosadora; sin embargo, quería saber.

-¿Cómo has estado todo este tiempo? - Preguntó Adrien preocupado.

-Bien, solo tuve algunos problemas con mi familia y eso es todo. - Respondió Lilith.

-Tu mamá... ¿Sigue enferma?

-El doctor dijo que su tiempo de vida es limitado, aún no le dijimos nada, pero... - La voz de Lilith se quebraba. - Mis hermanos y yo solo no sabemos que hacer.

Escuché a Lilith sollozar, estaba escuchando un tema muy delicado el cual no debo estar envuelta.

Asomé mi cabeza y vi que Adrien la tomó entre sus brazos, mi pecho sintió un pequeño dolor. ¿Quién es ella?

Criminal °Adrienette°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora