No sabía el porqué Kagami me traía esta clase de emociones.
- Pase, señorita Kagami. - Adrien se acercó delante de nosotras ya vestido y con una toalla encima de su cabello.
La joven lo miró con una sonrisa pícara, alzando una ceja y encorvando sus labios finos y rosados. Su mirar me traía cierta incomodidad, una mirada llena de interés antes de tomar un gran botín, era esa misma.
- Con su permiso entonces.
Ingresó poniéndose unas pantuflas que estaban puestas en la entrada, se quitó los zapatos que conllevaban una plataforma alta, aún así cuando no los utilizaba ella seguía siendo una persona alta.
Los seguí detrás sigilosamente, queriendo volver a lo que era antes, cuando nadie podía notarme por ser una persona de bajo perfil. Cerré la puerta y los vi yendo al living para sentarse en el único sofá que había ahí, yo me dirigí a la cocina, sin saber qué hacer.
- Siéntese aquí, vuelvo dentro de un rato. - Escuché decir.
Oí unos pasos acercarse detrás mío, volteé a ver y Adrien me vio un poco estresado. Un sentimiento de empatía me invadió de inmediato, él lleva una gran carga encima suyo por el trabajo. Si tan solo pudiese ayudarle en algo más, estaría satisfecha.
- Perdón por esta visita tan inesperada. - Comentó apoyándose en la pared.
Bajé mi vista.
- Me sorprendí, pero no es nada, de seguro hay asuntos que atender.
Intenté dar una sonrisa, solo que no me funcionó, al momento sentí mis mejillas pesadas. Giré sobre mis talones para recostarme en el lavabo. Tengo que realizar alguna actividad para despejar mi mente, estos pensamientos de molestia me ponían en mal estado.
- Terminaré lo más pronto posible, ¿está bien?
Adrien tocó mi hombro, susurrándome al oído.
- Les serviré unos bocadillos, hay que tratar bien a tu invitada mientras esté aquí.
Toqué su mano y él le dio un cálido beso, alejándose para ir a verificar que es lo que había ocurrido. Me remangué mi blusa, prepararía un té verde y llevaría galletas que tengo guardadas en el repostero, las preparaba por si acaso cuando había emergencias de no haber comida y la flojera me superaba para no preparar algo.
De alguna manera ese frasco de galletas terminó aquí, cuando las preparaba la mitad desaparecía y terminaban en este repostero. Reí en voz baja porque era obvio que Adrien se robaba unas cuantas, como un niño pequeño.
- Entonces, ¿a qué le debo su visita? - Preguntó Adrien.
Era inevitable no escuchar la conversación, estaba a lado del living. Al parecer mi mente no estaría concentrada del todo.
- Agreste. - Pronunció seriamente.
Mi espalda sintió un escalofrío cuando oí el tono de voz que empleó Kagami al llamarlo por su apellido, un tono serio y grave.
- Sabe que yo misma lo contraté por sus aptitudes y eficacia al realizar sus trabajos, y en un puesto que muchos cotizan tenerlo.
Dejé de servir las galletas en un plato, una llamada de atención a Adrien es lo último que me esperaba.
- Debatí con un comité para contratarlo, era imposible tener a alguien tan rápido sin pasar unas pruebas que duran meses, poniendo al fuego mi posición como directora de esta empresa yo lo contraté.
Tragué saliva, me sentía tan nerviosa por lo que estaba diciendo.
- Nosotros quedamos en que una sola falla, usted sería revocado de su posición.
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Criminal °Adrienette°
FanficClaramente he mentido cuando dije que no me interesaba, él me había robado; sin embargo, aceptar este amor es inapropiado. Adrien, me robaste como un criminal.