Criminal °Adrienette°

Capítulo 28: "Familiar"

-Ve a tu salón, joven Nathaniel. No quieres meterte en problemas.

Di un paso atrás, viendo a Nath retirarse del lugar un poco nervioso por la llamada de atención. Adrien me estaba matando con su mirada, sentía como inspeccionaba mis facciones. Aún tenía la carta en mi mano derecha, temblorosa intenté guardarla en mi bolsillo para irme; sin embargo, mi maestro se dio cuenta mucho antes.

-Dame esa carta. - Dijo enfadado.

Cuando estaba enfadado daba miedo, no se le ve así y peor aún, con solo verlo sientes que te llevará al mismo infierno. Aferre la carta con mis manos, él no se iba a salir con la suya siempre.

-No. 

El ceño fruncido de Adrien de pronto cambió a una cara de asombro.

-¿Qué acabas de decir?

Mierda, solo lo terminé enojando más. Me alejé más de él, por lo que solo terminó tendiendo su mano para que se la diese.

-Me la tienes que dar.

Mis piernas temblaban, el pensamiento de desobedecer o no a un maestro me ponían los pelos de punta. Adrien solo estiraba más su brazo, tratando de alcanzarme.

-No te la daré, te estás aprovechando de tu autoridad. - ¡Lo dije!

Con toda la determinación que tenía, le hice frente. Tenía miedo claro, pero este rubio no puede hacer lo que se le dé la gana por siempre.

Guardé la carta en mi bolsillo, hice que lo mire a propósito. Él decidió ignorarme, no puede tener autoridad sobre mí en asuntos personales, primero que me dé la palabra y con todo gusto solucionaremos las cosas.

-Usted no puede obligarme de todas maneras, un castigo está bien.

Lo fulminé con la mirada, por primera vez me sentí a su nivel. Los dos estábamos frente a frente, estaba súper fastidiado, lo veía en sus expresiones, en la forma en como apretaba los puños al notar que conmigo no puede actuar como quiera.

-Tengo clases, hablamos más tarde.

Dando un giro de 180 grados, le di la espalda para retirarme.

-No te irás de acá.

Su mano atrapó la mía, y con gran fuerza me apoyó en la pared. Sentí dolor ante el golpe, con mis brazos traté de sacar su cuerpo que estaba delante mío, no tenía escapatoria, sus manos que estaban recostados en la pared, no me dejaban ir.

-Déjeme ir. - Trataba de quitarlo, era increíblemente fuerte.

Acercó su rostro al mío, su aliento mentolado me ponía nerviosa, muy nerviosa. No podía evitar que el calor se subiera a mi cabeza, él sentía mis mejillas acaloradas y le gustaba, le gustaba verme en aprietos por él.

Sentí como mi falda era poco a poco, muy lentamente, mis piernas rozaban con la de Adrien. Estaba disfrutando verme en esta situación.

Con mis manos tomé mi falda, tratando de bajarla, entonces la persona delante mío sacó de mi bolsillo la carta. ¡Esto era su propósito! Se alejó de mi esbozando una sonrisa ante el triunfo, ahora era yo la que estaba molesta.

-Dame eso. 

Salté para quitársela, pero era inútil, él era más alto y ya lo estaba guardando en el bolsillo de su camisa.

Adrien entonces caminó hacia adelante, dejándome atrás como si todo lo que sucedió ahora fuera sin importancia. Después de todo lo que pasamos, él me estaba dando la espalda, y yo no entendía el por qué.