KATNISS Y PEETA:NUEVA HISTORIA

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SINOPSIS.

La sorpresa habia llenado a todos los ciudadanos de la Veta al recibir la noticia del reciente matrimonio entre un joven minero y la hija de comerciantes. Sin embargo, la curiosidad vencio todo lo demas, impulsando a muchos a presentarse a la tan inusual boda.

Los murmullos no faltaron entre los invitados, quienes se entretenian con la tragedia de un joven pareja del Distrito 12. Una pareja que sufrio mucho por un amor mal visto antes todos, pero que ellos sabian era puro.

El dia de la boda, solo los amigos mas cercanos y unos pocos familiares se reunieron en la nueva casa de la pareja. Donde se encargaron de, con lo poco que tenian, preparar una fiesta digna de memorar. La novia y el novio, mientras tanto, se vestian con sus mejores ropas, para luego dirigirse al Edificio de Justicia, donde sellarian su matrimonio.

La joven novia trenzaba su largo cabello rubio frente a al reflejo que le proporsionaba un sucio espejo contra la pared. Al haber terminado, mitad de sus rizos descanzaban sobre sus hombros, mientras el resto se alzaba en un leve moño, decorado con algunas primulas blancas. Dos golpes en la puerta la hicieron voltear, observando como la sonrisa de su suegra se asomaba por la puerta.

Ella le devolvio la sonrisa, algo nerviosa, pero aun asi sincera. Jocelyn se acerco hasta la joven novia, mostrandole el hermoso vestido que llevaban en sus manos. Ann, con lagrimas de felicidad que trataba de retener, tomo el delicado vestido color azul cielo y lo coloca sobre su cuerpo.

La forma del vestido se ajusta a su delgada figura, cayendo en una falda hasta un poco arriba de sus rodillas. Se coloca unas, algo desgastadas, zapatillas color blanco que van perfecto con su vestuario. Con los nervios mas grandes que nunca, voltea hacia su reflejo sorprendida. La luz que irradia de su gran sonrisa le es irreconosible hasta para ella misma, la delicadeza con la que luce le sorprende, aunque la tristeza sigue oculta detras de sus azulados iris.

-Te ves hermosa, Ann.- Le asegura Jocelyn, la unica que ha actuado como su madre desde ya hace un tiempo.

-Gracias, Jocelyn.- Su voz es suave e insegura, temiendo romperse a llorar. Jocelyn la envuelve en un calido abrazo, amenzando con romper sus ultimas barreras.

Las dos mujeres mas importantes en la vida de Edgar Everdeen se encontraban en aquella habitacion de su antiguo hogar. Pronto, alli en medio de la humilde sala de su madre, lo invadio un miedo incomparable. El comprendia todo lo que el matrimonio involucraba al momento de proponerse a su amada, sabia que haria hasta lo imposible por mantener esa sonrisa que lo enamoro en el rostro de Ann,  nunca dudo de ellos, hasta ese momento.

Sin embargo, todas las dudas se hicieron a un lado cuando escucho el eco de sus suaves pasos sobre el piso de madera. Edgar voltea inmediatamente, quedando completamente perplejo ante la belleza y el brillo que irradia su futura esposa. Una leve sonrisa se dibuja en sus labios, sus mejillas sonrojadas por los nervios, detalles que solo el conocia.

-Ann, luces hermosa...- Fue lo unico que logro decir, al mismo tiempo que tomaba su mano y entrelazaba sus dedos con los de ella.

-Gracias.- Murmuro su prometida, con un gran sonrojo cubriendo sus palidas mejillas.

Asi, felices y con los nervios en sus cuerpos, la joven pareja comenzo su camino hacia el viejo Edificio de Justicia. Ambos se dirigian al lugar donde harian su compromiso oficial, no real, porque real habia sido desde que ambos se miraron directo a los ojos hace ya lo que paresia mucho tiempo.

Sin embargo, ellos sabian que jamas estarian seriamente comprometidos hasta haber hecho la ceremonia del tueste. Pronto, el tiempo llego y ambos se encontraban ya frente a la chimenea de su nuevo hogar, esperando que el pan tornara a ese dorado tan caracteristico.  Dieron de comer el uno al otro o con este, para luego sellar su union con un eterno y pasional beso.

Los meses pasaban, la alegria y amor que caracterizaba a la aun joven pareja seguia siendo motivo de sorpresa, tanto como de admiracion por los habitantes del Distrito. Lo que no fue sorpresa para ninguno, fue el pequeño bulto que se creo en el vientre de Ann Everdeen poco tiempo despues.

Nueve meses pasaron par que la joven pareja se convirtiera en una pequeña familia de tres. Apesar de los miedos de Edgar sobre la nueva responsabilidad que tendria, sin importar la inseguridad de Ann sobre sus dotes como madre, ellos harian hasta lo imposible por su futuro hijo.

Una mañana de primavera, entre los primeros dias del mes de Marzo, se escucharon por primera vez los llantos de la pequeña criatura. Sus ojos se abrieron poco tiempo despues de que este nacio, revelandole a su madre y padre el bello azul de sus ojos. Su padre beso la frente sudorosa de Ann, quien cansada estrechaba a su hijo en brazos, mientras lo observaba con los ojos orgullos de una madre.

El tiempo paso y, apesar de la amargura y miseria que lo rodeaba, lograron llenar su humilde hogar del amor y alegria que juraron jamas les faltaria. Un par de años despues un nuevo miembro se unio a esta circulo familiar. Una niña, de brillantes ojos azules como su hermano y madre, sonrojadas mejillas y un hermoso cabello dorado.

La familia Everdeen era aun joven, pero era feliz y cada uno de ellos era amado. Apesar del dificil pasado en el que se formaron los simientos de su familia, los padres prometieron jamas dejar que eso afectara la vida de sus dos criaturas. De cabellos dorados como el sol y ojos cristalinos como el agua.

KATNISS Y PEETA:SU NUEVA HISTORIA (Editando.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora