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Por un momento me límite a creer que Tomas solo jugaba conmigo haciéndome sentir mal un rato como jugando a hacérselas de defensor, pero toda esa idea comenzó a derrumbarse cuan construcción remesido por un temblor.

Tomas seguía con la mirada perdida en su dibujo, quizás intentando ignorar sus deseos de seguir gritandome. Y de verdad no podía hacer nada.

Sus gritos habían sido como una daga, tanto para el orgullo que por años fortaleci, como para esa parte de mi -muy escondida- que había querido ayudarla y evitar todo esto.

No sabia si nadie había escuchado o solo habían hecho oídos sordos, pero nadie dentro del aula se había volteado a mirar siquiera al chico que me había gritado.
Luego entendí que disfrutaban con eso y por ello preferían no intervenir.

Saque un espejo pequeño de bolso de mi mochila y maquillaje. Coloque el espejo frente a mi rostro y lo abrí con delicadeza, pese a que solo quería romperlo por la rabia que tenia. Me había dolido e irritado que Tomas sin conocerme me hubiera gritado, esa no es la menera de tratar a una chica.

Observe mis ojos, con los dedos estiraba la piel de mis mejillas y aplicaba rubor. Delinee mis labios para después cubrirlos de labial rosa. De vez en cuando miraba a mi acompañante quien aun irritado, rayaba el bosquejo que acababa en crear.

Los últimos alumnos entraron a la sala seguidos por el profesor, el cual traía rostro cansado como si hubieran pasado encima mil pies.

-Asiento todos -subio la voz intentando llegar a todos- ¡Asiento todos!

Era el profesor de artes visuales.

-Fotos -dijo mirando a todos-, quiero que traigan fotos. Crearan un álbum.

Mil alaridos recorrieron la sala de clases.

Comentarios como ¡Tenemos mejores cosas que hacer! ¡no tenemos 12 años! ¡Esto es una mierda! Hacían que el profesor de adelante se irritara aun más.

-¡No piensen que esta es solo una asignatura para subir las notas! ¡No estudie cinco años para que unos niñatos sobrevalorados y quejumbrosos quieran dárselos de listo e ignoren lo que les pido -Hizo una pausa, y continuó-. Se los pondré difícil entonces...

Un alarido casi silencioso salió de los labios de todos y cada uno de los estudiantes.

Incluso Tomas.
Incluso yo.

El profesor río y se masajo las sienes.

-En parejas. -soltó.

La sorpresa me inundó y un escalofrío me hizo temblar.

No.. No por favor...

-Y no con sus amigos -explico, casi intentando sonar siniestro-. Con su compañero de puesto.

El alarido se hizo potente y se pudo escuchar con facilidad. Los murmullos reinaban el aula sin detenerse hasta que el profesor golpeo la mesa con su palma.

-No he terminado.

El silencio reino.

El profesor sonrió queriendo parecer aterrador, mas de lo que quizás el sabia que se veía por su aspecto demacrado.

-Pasarán días hablando con su compañero de puesto -explicó lentamente-, puesto que ustedes crearan el álbum del otro.

Mi corazón se acelero y quise golpearlo para calmarlo. Este chico me odia... Jamás podría hablar con el mas de dos minutos.

Y peor... Debía entonces hacer un álbum de su vida, basándome en lo que me había contado.

Una locura.

Una estupidez.

Pero serviría para hacercarme a él. .

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Hola pocos lectores 😙 ojala les guste se viene mucho mas para leer. Regalenme una estrella por el esfuerzo y comenten 😄 os quiero (como dicen). Xd

Eres mi desafío - TERMINADO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora