Eres mi desafío - TERMINADO ✔

28

Tomas 

No pude detenerla, no pude a pesar de que intente con todas mis fuerzas aferrarla con mis manos y pegarla a mi pecho. 

Protegerla, solo eso debía hacer y fallé. 

La sentí zafarse de mis brazos con fuerza, pude ver sus ojos, era obvio lo que quería hacer y aun teniendo toda la fuerza del mundo jamás evitaría que ella cumpliera su decisión. 

Samantha me golpeó el pecho separandose de mi, quedándose de pie al borde del puente.

-¡Samantha! ¡No lo hagas, detente! 

Gritaba desesperado. Llorando por ella. 

-Por favor, te lo ruego Samantha... No me hagas esto.

Sentía el pecho presionado, el nudo en mi garganta se hacía cada vez mas grande, mientras mis ojos se inundaban en lágrimas. Si fuera posible me habría lanzado yo en vez de ella. Si así ella se sentía mejor, tendría el valor de que todo lo que siente y piensa en ese momento se me pasara a mi. Que me doliera a mi. Que cada palabra me hiciera decaer tal como le pasó a ella... pero sería feliz sabiendo que soy yo quien sufre, y no Sam. 

Entonces se lanzó. 

La vi caer desde unos metros de mi. 

Pude ver como se iba alejando de la vida y de mí.

Grité su nombre fuerte, sabiendo que con ello no haría nada, pero si fuera posible quería que fuera mi voz lo último que escuchara. Quería que supiera que no estaba sola. Que nunca lo estuvo.

Volví a gritar una y otra vez, desmoronándome por dentro y por fuera, sabiendo que jamás volvería a verla y no sería capaz de verla dentro de una urna. 

Me deje caer en el cemento del puente. Golpee el suelo mil veces, ya había dejado de mirarla caer y era obvio que ella yacía tirada hacía mucho rato. 

¿En serio Samantha ha muerto?

Muerta. Y ni siquiera había podido decirle lo que siento. Jamás lo intente. Jamás la ayude. 

Mis manos tiemblan cuando saco mi celular del bolsillo, marco a emergencias, una mujer contesta del otro lado preguntándome que clase de emergencia tengo. 

-Es... una chica -Susurro jadeando, intentando contener los sollozos.

-¿Que sucede con la chica? 

-Ella... -Mas lágrimas corren por mis mejillas. Veo la necesidad de mirar hacia abajo pero me detengo de inmediato. Seria una escena imborrable para mi, aun peor que el solo verla saltar.

-Joven mantenga la calma e intente  ser mas claro para poder brindarle ayuda. ¿Que ha pasado con la chica? -Me pide la mujer del otro lado impaciente.

-Saltó... -Digo, casi en un suspiro. Me seco las lágrimas con la otra mano, sintiendo mis extremidades temblar y el pecho arder.

-¿Saltó? -Pregunta casi acusándome-. ¿A donde saltó? ¡Dígame donde se encuentra joven!

Pero soy incapaz de seguir hablando. Me siento como si me hubiesen arrancado un trozo de mi, hasta el punto de dejarme prácticamente vacío. Es una sensación extraña. Llorar no hace sentir mejor, solo es un método para liberar la tensión que se crea en este tipo de momentos. 

La mujer sigue preguntándome cosas y yo niego a contestarlas. 

Finalmente pongo el celular frente a mi rostro y digo, casi automatizado: 

-Ha muerto. 

Y cuelgo. 

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Doble actualización. De inmediato subo la siguiente ;) 

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