47 FINAL

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–¿Cómo dices?

Mi madre había tenido que afirmarse de la estantería junto a ella en un intento de impedir caer al piso tras mis palabras.

–Vi a mi padre mamá, y fue más de una vez.

Pero ella no decía nada, ni siquiera fijaba sus ojos en mí. Sus labios abiertos me decían cuan fuera de si misma le había dejado la noticia.

–No quiero ser ¿aguafiestas? pero es imposible que eso haya pasado –soltó mofándose caminando hacia el otro extremo de la cocina. Tenia sus dedos apoyados en la frente.

–Si crees que es imposible, ¿entonces por qué te has puesto así?

–Pues porque me has tomado por sorpresa, Sam. Mira dejemos el tema y tu espera a Tomas, me voy a mi habitación.

Cuando disponía a irse, la detuve tomando una de sus manos y ella se congeló. Su cabeza apuntaba al suelo, era obvio que estaba muy afectada y eso me hacía tener esperanzas.

–Sé que me crees

Entonces un sollozo salió de su garganta tomándome por sorpresa. Aun la tenía sostenida del brazo y tras ello poco a poco fui soltándola, era obvio que ella tenía algo que decir y esperé a que ella se desahogara sin que sintiera que la estaba presionando.

–Pensé que me había vuelto loca, Sam.

Todos lo pensamos en algún momento, madre.

–¿Lo has visto?

Mi madre se volteó con una mirada triste, vacía, que me hacía tener escalofríos.

–Yo lo amaba. –Sus ojos llorosos, su aspecto de soledad, creaban un ambiente pesado–. Hubiese dado mi vida por tu padre, pero él se la rebató así sin más.

Agradecí el retraso de Tomas.

–Donde lo viste –me preguntó.

No sentía que fuese el momento adecuado, aunque no podía hacerla esperar.

–Fue después de mi... intento de suicidio. Cuando quedé inconsciente desperté en un lugar muy oscuro, al principio pensé que estaba soñando la verdad, sin embargo, todo era muy realista. De pronto encontré a un hombre, parecía mayor pero no tanto y estaba muy... no lo sé. Cuando comencé a hablar con él, me conto que allí iban quienes se suicidaban. A un lugar frio, húmedo en donde lo único que pueden sentir es arrepentimiento, ya que no les queda nada más y están condenados a revivir el recuerdo una y otra vez.

Mi madre me escuchaba atenta.

–Me contó su historia. Que era un empresario, luego de quebrar y verse en banca rota no vio una salida y se terminó suicidando. Dijo que en esos momentos no pensó en apoyarse en su familia, y que luego de haber sido violento con su esposa terminó con su vida... y que aun seguía arrepentido por no haber aprovechado mas la vida. Por irse simplemente por la solución rápida.

El maquillaje estaba un poco corrido porque no tuve evitar entristecer, los ojos se me llenaban de lágrimas porque sin saberlo, había tenido a mi padre frente a mí.

–La segunda vez fue... después de lo sucedido con Richard. Aparecí y desaparecí de allí, causando asombro en las almas que vagaban. Nadie salía de esa eternidad. Pero luego de la segunda vez, me di cuenta que ambas veces llegué allí por una razón. La vida me había llevado con la única persona que podía llevarme a valorar la vida, aunque esta se ensañara contra mí, aunque se me despojara de todo, aunque la viera como algo que debía acabar. Mi padre me aconsejó ambas veces y me hizo tener ganas de volver y seguir luchando... fue el único que pudo hacerme cambiar de parecer, ya que para él era demasiado tarde.

Eres mi desafío - TERMINADO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora