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Con los ojos cerrados me encontraba en la misma posición que el hombre frente a mi. Sentada con las piernas pegadas al pecho y mis brazos cubriéndolos.

-¿Porque lo hiciste? -Le pregunte de repente. No quería meterme en su vida, pero se me era imposible ignorar aquella historia luego de ver esa soga presionándole la garganta de tan grotesca manera.

El hombre me miro una vez mas con esos ojos salientes. Lo tomaba con calma.

-La vida es difícil. -Respondió.

Y si que lo es

-Un día disfrutas de buena compañía en un buen lugar, -fijo sus ojos al suelo, melancólico-, y al otro te ves sólo y destruido.

Se sobaba las manos, parecía su forma de tranquilizarse al recordar.

-¿Te engañaron? -Pregunte sin detenerme a pensar en lo fuerte de mi pregunta. Me arrepentí al instante.

-No -sonrió-. Era una buena mujer. Ella y mis hijos eran lo mas preciado para mi...

-Si eran lo mas preciado, ¿porque los dejaste? -No podía detenerme. La curiosidad era mas fuerte.

Se notaba que, el hombre daría lo que fuese por siquiera sacar una lágrima del cumulo que se alojaba en sus ojos. Era una tortura no poder expresar lo que sientes, pero tal parece que ese era el castigo de los que acaban ellos mismos con su vida. Si decidiste por tu cuenta desaparecer, era porque tenias la urgencia por acabar con aquellos sentimientos que te llevaron a eso...
Entonces, no necesitas de ellos luego de haber muerto.

Un castigo justo.

-No pensaba -Susurró en medio del dolor-. No asimilaba lo que hacia, y nadie lo hace cuando esta en medio de la desesperación y un colapso.

Sus labios temblaban.

-Tenia una empresa. Con ello hubiese podido vivir bien toda mi vida y los hijos de mis hijos también. Pero cuando quebré, vi negro. Supongo que no vi ninguna salida a pesar de tener el apoyo de ellos.. Si hubiese pensado bien me habría dado cuenta a tiempo que ellos jamas se hubiesen alejado a pesar de los problemas. Pero yo los alejé. Los distancie y herí reiteradas veces pero.. -se tomo una pausa levantando sus manos colocándolas frente a el. Los dedos le temblaban; el hombre parecía tan serio y triste-. Los herí físicamente.

Recordé los empujones, los golpes de todos los que preferían mil veces verme así. Muerta.

Quise preguntar mas pero decidi escuchar. El respondería mis dudas por si mismas.

-Cuando ella intentaba animarme le gritaba que se fuera, que me dejara solo. Una vez no lo hizo, -apretó sus dientes con fuerza-, la ira me invadió y no me controlé... No pude.

El hombre se agarro la cabeza, quizás queriendo herirse a si mismo. Pero era demasiado tarde arreglar las cosas, y el lo sabia bien.

-La agarre del cuello y la lance contra la pared. ¿Sabes lo que se siente querer herir a alguien aunque por dentro algo te grita que te detengas?

Si.. Lo sabia muy bien.

-No iba a detenerme -espetó-. Mis manos y todo de mi, excepto mi cerebro quería que la matase.
-Sonrió de pronto, perturbamdome-. Y vi esos ojos. Esos ojos que me calmaban desde el momento que llegaron a mi vida.

Entendía. Lo que jamas entenderia es  dolor que se siente el estar matando al amor de tu vida mientras tu hijo te ve.

-Mi pequeño... -su rostro se arrugó, la sonrisa había desaparecido, el arrepentimiento evidente-. El lo veía todo desde la entrada de la sala, y gritaba "¡mamá!" con tanta fuerza mientas lloraba.

No podía decirle nada. No había nada que decir.

-En ese momento asimile lo que hacia. Solté a mi mujer y corrí al sótano, baje las escaleras y agarre la primera cuerda que encontré. -El hombre había vuelto a sobarse las manos, era por supuesto la escena que mas recordaba-. Me subí a una silla y até la cuerda a una viga..

-¿Y tu mujer? -Pregunté, casi en susurro.

-Ella sabia. -Había vuelto a clavar sus ojos en mi pero ya no me molestaba. Ahora entendía todo-. Sabia que no pasaría de esa noche, y no lo evitó.

-¿Dejo que te suicidaras?

-Si me negaba a hacerlo era porque tenia posibilidades de mejorar... Pero ignore todo, hasta a mis hijos, y me suicide para poder escapar suponiendo que ya muerto no tendría que lidiar con problemas y me desligaría de todo.

Intentarlo. Intentar mejorar las cosas es una buena forma de demostrar que  eres alguien valiente, en vez de creer que el suicidio arreglara todo. Y quizás lo haga para ti, pero le has pasado tus problemas a las personas que amas. Y los has dejado, a ellos, y a tu vida.

-Me colgue... -dijo, sin rodeos-. Me colgué un 8 de Mayo en el sótano de mi casa mientras mi esposa e hijos estaban arriba, escuchando todo.

Me agarre el rostro con pesar. Saber de algo así te deja un cosquilleo en el cuerpo. Algo llamado arrepentimiento.

-Acabe con mi vida solo porque no pensé en aquellos que estaban para mi.

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Buena semana a todosacepto criticas y estrellas ;)

Eres mi desafío - TERMINADO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora