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Tomas parecía seguro de lo que decía. Es decir, por mas que tratara de encontrar algún gesto de sarcasmo o burla, no encontraba mas que unos ojos rojos y mejillas empapadas de lágrimas.

-¿En serio han pasado dos años? -Pregunté, insegura.

Pero antes que pudiese responder, un estruendo hizo eco en la sala, ambos giramos hacia la entrada y allí de pie con las manos abiertas al igual que su boca había una enfermera que me miraba atónita. A sus pies una bandeja que cayó de sus manos, y junto a ella, utensilios que no alcance a reconocer.

Pero antes que pudiese decir algo, ella gritó con todas sus fuerzas.

-¡Doctoor!; ¡Doctor! -Aulló, sin despegar sus ojos de mí.

Entonces cuando la situación no podía ser más incómoda, en el momento que el doctor se adentró a la sala con preocupación y dio cuenta de lo que ocurría, corrió hasta un botón en la pared presionándolo con fuerza consecutivamente. Una alarma se escuchó en el pasillo y en menos de dos minutos tres enfermeros más llegaron al lugar.

-Víctor -Llamó el doctor a uno de ellos- Saque al chico.

Miré asustada a Tomas, quien trataba de zafarse de los brazos de dos enfermeros que llamaban alterados al guardia mas próximo.

-¡No me iré! -Gritaba Tomas- ¡No la dejaré sola con ustedes!

-Ella estará bien -Le indicó el doctor a la vez que cerraba la puerta con Tomas afuera-. Helena, prepare todo.

Sin poder moverme tuve que soportar que me abrieran los parpados a la fuerza mientras me alumbraban con una linterna y observaban mis ojos.

Que me clavaran agujas a la vez que me hicieran frecuentes preguntas sobre cómo me sentía, sobre que recordaba.

-¿Te duele algo? -Preguntó uno de ellos, al que solo se le veían sus ojos verdes.

Luego de hacer un esfuerzo por mantenerme consciente después de tanta inyección, respondí:

-La cabeza.

-Interior o exterior

-Todo

-¿Duele? -Preguntó luego de palparme la nuca?

Chillé de dolor, fue como si me clavaran una aguja y me traspasaran la piel hasta el hueso.

-Parece que sí -Susurró él.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Claro

-¿Porqué no estoy muerta?

El chico se quedo mudo por unos minutos, parecía concentrado en encontrar la vena de mi brazo.

-No tengo explicación médica para eso, lo siento.

-¿Mi vida volverá a ser la misma? -Pregunté entusiasmada.

-Puede que si -Respondió- Pero antes debemos asegurarnos que tu organismo está en buenas condiciones. Haremos exámenes y chequearemos cada indicio de posibles problemas. Después de eso, dictaminaremos si puedes salir de aquí.

La aguja ya estaba adentro de mi piel, y note como la sangre subía con rapidez dentro de la jeringa.

-¿Por qué no puedo moverme?

El chico sacó la aguja de mi piel, colocando un algodón en el lugar que quedo el pequeño orificio.

-Por el tiempo que has estado aquí sin moverte, tu cuerpo se ha debilitado. Tus huesos están rígidos, la musculatura va desapareciendo. -Se puso de pie con cuidado de no chocar con una enfermera junto a él-. Si todo anda bien, cuando salgas de aquí podrás entrar a terapia de rehabilitación, y te aseguro que volverás a ser lo que eras antes.

Se notaba que el chico sonreía, pero yo no lo hacía.

¿Quería volver a ser lo que era antes? ¿Quería volver a todo lo que casi termina conmigo?

De algo estaba segura. Si en algún momento salía de esto, jamás volvería a ser lo que era antes.

Y contaría mi verdad.

.

.

.

Me he tardado menos!!! En serio espero que les guste, adoraría que me dejaran al menos una estrellita no saben como me emociono cuando eso pasa. Háganme saber que esta historia les gusta :c

Linda semana a todos <3

Eres mi desafío - TERMINADO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora