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–Hola Vicente. –Susurré al hombre a unos pasos de mí. Todo estaba muy oscuro, todo estaba igual a como lo había dejado.

El hombre asustado se volteó, quedando asombrado por mi presencia. Era obvio que no se lo esperaba, por lo que se tardó unos minutos en levantarse e ir a mi encuentro.

¿Tu de nuevo?

Solté una risa sarcástica. Me alegraba verlo también.

Entonces me quedo pensando en su pregunta: ¿Yo, aquí de nuevo? ¿Por qué aquí? No había hecho nada contra mí misma, ¿cierto?

–Y esta vez me quedaré aquí

–No estés tan segura Sam. La ultima vez que estuviste aquí te desapareciste y volviste allá arriba; con los vivos.

–No se si quiero volver la verdad

–¿Qué? –En su rostro se mostraba la indignación–. ¡Qué desearía yo volver a estar vivo!

–Prefiero quedarme vagando por la eternidad a volver a un lugar que no me quiere allí. Desde que nací, la vida se ha empeñado en demostrarme su desagrado hacia mí. Quizás lo mejor sea quedarme aquí, porque –apreté los labios, me alegraba no poder sentir nada en estos momentos–, nada bueno me espera allá.

Vicente, el mismo hombre que tiempo antes me conto que se suicidó en vez de enfrentar los problemas; me escuchaba atento, aun no le contaba lo que me había sucedido, pero quizás lo sacaba por lógica. Las marcas del abuso de Richard estaban visibles en este mundo.

–Cuando estuve allá arriba olvidé esto –solté, sentándome en el frío suelo de color negro, como todo aquí–. Olvidé que en un momento quise con todas mis fuerzas volver a luchar por Tomas, y cuando tuve la oportunidad volví a echarlo todo a perder.

Echando la cabeza atrás, comencé a observar las almas de todos que rondaban por acá.

–A veces siento que todo esto pasa porque me lo merezco, pero luego me doy cuenta que simplemente no he hecho las cosas bien. Me he enfocado tanto en conquistar a Tomas que no noto las estupideces que hago para lograrlo; tampoco noto lo que he hecho conmigo misma, lo cruel que he sido, lo desconsiderada que pude llegar a ser con mi vida, con mi cuerpo, con...–apreté las manos inhalando con fuerza. Las ganas de seguir se esfumaban cual vida en un momento quise tener– Con todos.

Vicente no decía nada, simplemente me escuchaba como queriendo que yo me diera cuenta sola de las cosas.

–No sé porque volví aquí.

–Quizás para volver a tener ese empujón que te falta en tu vida. –Susurró, con seguridad–. La primera vez que llegaste aquí decidiste a luchar por ti y por el chico ese. Tu misma te empujaste a eso porque viste que aquí no te esperaba nada bueno siendo que tu misma te trajiste aquí. –Era una sensación extraña el escucharle. Ya no era simplemente el hombre que se suicidó y me trajo un susto... ahora me hacía sentir un apoyo más allá de la muerte–. Y te pregunto, Sam, ¿ahora piensas que estar aquí vale la pena? ¿Crees que vagar por la eternidad pensando en "lo que hubieses pasado", es mejor que ir e intentarlo?

Arrugue la frente mirando a un lado. Tome aire agarrándome la cabeza y me levante del suelo.

–¿Dices que si vuelvo esta vez todo resultará?

De repente hombre se acercó a mí y me abrazo. Pero, extrañamente no tuve el pensamiento de alejarlo de mí, al contrario, quería seguir así. Rodee su torso con mis brazos enterrando el rostro en su hombro, de una forma inexplicable podía sentir a aquel hombre como alguien que, de verdad, desde el fondo de su corazón quería ayudarme.

Eres mi desafío - TERMINADO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora