Intentaba calmarme.
Daba vueltas por la sala como una histérica, mordiéndome las uñas y masajeandome la frente con fuerza.
Nadie nunca me había visto llorar y he sido yo la que me he prohibido demostrar ese tipo de debilidad en publico. Cuando las personas te ven en esa situación empiezan a hacer cosas para seguir viéndote así. Ya no te ven como alguien fuerte.El mensaje aun esperaba en la computadora abierta sobre el sillón. Tomas no había escrito nada mas, porque seguramente sabía que con eso había dado en el clavo.
Por alguna razón Tomas tenia una gran necesidad en hacerme sentir vulnerable. En decirme cosas crueles y esperar, para ver mi comportamiento. Se me quedaba mirando de reojo cada vez que me abofeteaba con sus hirientes palabras y cada vez que lo hacia, yo intentaba sacármelo de encima demostrándole con mi tranquilidad que sus palabras no me afectaban.
Ya se me habían quitado todas las ganas de hacer el trabajo con el. Quería tenerlo lejos, lo mas lejos posible. Necesitaba estar sola, sin alguien a mi lado en la sala de clases.
Necesitaba esa libertad de saber que llegaría a clases sin tener que ver a nadie al lado mio que me juzgaría por cada cosa que hiciera, esperando una reacción completamente humana mía. Como frustrarme y llorar.
Pero me prohibi eso hace mucho tiempo. Quizás años.
Sentir así no era algo que yo pudiera hacer libremente. Una parte de mi deseaba hacer sufrir a las personas, y la otra se cuidaba de no demostrar en publico que realmente me dolía ser así.Y esta batalla de todos los días me agotaba.
Decidida cerré la computadora y le saque la batería. No tenia ganas de preocuparme por nada, si el pc moría por desconectarlo así, me daba igual.
Lo lance a un rincón del sillón y me senté en el piso. Quería llorar y sacarme el nudo que traía en la garganta de hace mucho.
Las luces automáticas se apagaron a las 11 en punto de la noche. Quedando completamente a oscuras me acosté en la alfombra y mire a la nada, a aquella nada que reconforta en momentos que uno odia a las personas, y quiere mantenerse al margen de todo.
Me quede así un buen rato.
Entonces algo sonó, abrí bruscamente los ojos, dándome cuenta que los había cerrado.
La luz de la cocina se encendió y un sonido de bolsas arruino el cálido silencio.
Me incorpore al escuchar murmullos muy bajos, le levante del suelo y camine a la cocina. Tenia tan poco animo que los pies se arrastraban al intentar caminar. Y por estar tanto rato en la oscuridad se me hacia difícil acostumbrar los ojos a la luz, así que restregandomelos llegue a la cocina.
Dentro de ella encontré a mi madre, envolviendo con sus brazos el cuello de un hombre joven. Ambos de besaban apasionadamente, cuando mi que el joven llevaba sus manos por la cintura de mi madre y levantaba su playera, aclare mi garganta mientras me apoyaba contra uno de los muebles.
Ambos se dieron cuenta de mi presencia y de inmediato se separaron, quedando mi madre delante de él con los brazos de éste en su cintura aún. Mi madre sonrió y rió de forma incomoda, me miro desafiante y luego lo miró a el tiernamente.Obviamente no estaba feliz con mi presencia, y menos que los haya interrumpido.
-¡Samantha querida no sabia que estabas aquí! -dijo ella con una media sonrisa falsa en su cara.
Mire al joven, parecía 15 años menor que mi madre. Era alto, de contextura delgada y rasgos finos. Tenia los ojos verdes y una mirada penetrante. El chico me observaba atónito.
- Y yo no sabia que traias visita -le espete queriendo molestarla un rato. Me cruce de brazos como señalando que quería una explicación, pero la verdad es que solo quería joderla.
Mi madre ya se había dado cuenta fe mis intenciones y se puso seria.
-El es Mario.
Ella miro a Mario y el joven apenas salio del trance se adelanto a estrecharme la mano. Cuando lo hizo me miro de una forma extraña, una forma que ya había visto antes en muchos.
-Un gusto -sonrió-. Soy Mario.
Arquee una ceja y le saque la mano.
-Si eso ya lo se -le dije levantando ma voz-. Pero que haces aquí.
El chico comenzó a tartamudear y mi madre lo interrumpió.
-¿Y que te metes tu? ¿Acaso ahora controlas mi vida?
Sabia que su buena onda no duraría mucho. Conmigo nunca dura.
-Bueno. Que se diviertan entonces.
Me gire en mis zapatos y salí conteniendo mi rabia. Siempre era tan desagradable, por eso no me molestaba en tratarla como una madre.
Subí las escaleras y en eso un grito de mi madre me detuvo.
-¡Pone musica alta Sam!
Claro. Ahora no podía estar en silencio. Todo porque traía un donadie a casa a cojerselo.
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Hola capítulo largo por la espera 😂 ayudenme a seguir creciendo, les agradezco que lean
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Eres mi desafío - TERMINADO ✔
Teen FictionSoy una perra. Una que no le importa nadie y de pronto sin darme cuenta, llega un chico a acabar con esa rutina. Me enamoré de él y él odia las chicas como yo. Pero, ¿realmente crees que esa es la historia? Mi historia es más que eso. Rankings ✔ ...