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-¿Crees que se ha molestado por algo?

Jane estaba acostada junto a mi con la vista pegada al celular.

-No se... Por un momento pensé que sintió algo. Es decir, me dijo que no se podía alejar de mi. -Hundí la cara en la almohada con rabia-. ¿Eso no significa sentir algo por la persona acaso?

-Tomas es raro Sam. Siempre lo ha sido ¿Porque en vez de calentarte la cabeza pensando en el, no mejor hacemos algo entretenido?

Me descubri la cara y le di un manotazo en el hombro. Odiaba que se tomara las cosas a la ligera, ¿Le costaba mucho preocuparse un poco al menos?

-¡Ay! -Chilló.

Entonces recordé que jamas le había preguntado que paso con ella la noche anterior.

-¿Que paso contigo cuando me fui de ahí? También estabas borracha.

Jane sonrió instintivamente, parecía feliz por que se lo haya preguntado.

-Me encontré a un chico ¡Uy Sam es tan lindo!

Hice rodar los ojos.

-¿Te lo has llevado a la cama?

-¡Sam! -grito aveegonzada. No podía evitar sonrojarse-. Pues, si.

Sonreí demostrándole que tenia mi total aprobación. La verdad es que si, si le había enseñado a comportarse de esa forma no debo andar regañandola después; y, por otra parte, ¿Con que cara iba a darmelas de madura? Si a mi me habían sacado borracha de un camino solitario en medio de la noche.

Ni siquiera traía bragas.

Sacudi la cabeza por ese recuerdo. ¡Que rabia! Tomas cada vez se ponía mas gilipollas.

Finalmente ambas dormimos en mi habitación hasta tarde.

Habiendo pasado dos días de aquella escena que me avergonzaba de solo recordarlo, decidí ir nuevamente al colegio.
Había dejado de revisar las redes sociales, no quería seguir topandome con cosas hacia mi persona, intentando denigrarme como mujer.

-¿Estas segura? -Preguntaba Jane bajando del auto. La había traído conmigo, no quería llegar sola a esta mierda.

-Segura, vamos.

Un par de pasos y miradas acusativas iban apareciendo por el pasillo del colegio. Muchos me veían llegar y le daban de codazos a sus amigos para que volteasen a verme. Una escena extraña, pero a la vez muy dolorosa.

-¿Crees que podrás soportar todo el día? -Preguntó Jane acercándose a mi oído y susurrando con cautela-. Es como si se estuvieran vengando Sam, la verdad si eres bien perra, pero nadie debería burlarse cuando intentan abusar de una chica.

Los labios me temblaban. Habiamos llegado a la parte donde Richard me había empujado, manoseado y agredido. Mire aquel lugar no con furia, sino con miedo, porque luego de algo así, todo se vuelve miedo y asco.

-Uf llego la putita -dijo un chico a sus amigos-, ¿cuanto le pagamos chicos?

Sentí una presión en el pecho y un mareo horrible.

-Vamos -susurro Jane agarrandome del brazo y jalando de el para que avanzaramos. Pero, no podía. Mis pies parecían atornillados al piso, ni siquiera podía defenderme de los sucios comentarios de aquellos tipos entonces menos podía huir-. ¡Sam, vamos!

Me quede inmóvil, extrañamente quieta. Como si el miedo a ser nuevamente violentada hubiera hecho que mi cuerpo se tensara y no lograra hacerlo reaccionar.

-Haber putita -dijo el mismo chico, a la vista y paciencia de todo el colegio el cual aun no me sacaba los ojos de encima.

El chico avanzo y saco un billete de su bolsillo, sonreía victorioso, quizás esperando que rompiese a llorar sin embargo ni eso lograba hacer. Mis extremidades temblaban, sentía que me desarmaría en cualquier momento, veía como aquel chico acercaba el  billete, y como si fuera lo mas divertido del mundo, lo colocó en medio de mis senos.

-Ahora, baila. -Soltó, con la cara llena de risas.

Quise mirar a Jane, aunque sabia que lucía igual de sorprendida que todos los que observaban aquel asqueroso espectáculo, sin hacer absolutamente nada.

-Vamos putita, haz lo tuyo -volvió a hablar el chico con voz de "te estoy haciendo un favor".

En aquel momento, donde sentí la sangre arder, el sudor recorrer mi cuerpo, mi orgullo desaparecido y mis ganas de vivir extintas; sentí como un par de lágrimas mojaban mis mejillas. La verdad es que ni siquiera pude sollozar o emitir algún ruido para demostrar que me habían humillado lo suficiente. Quizas al no hacerlo, pensarían que podrían seguir tratándome como una basura, pero simplemente no podía.

-¡Hazlo! -Grito uno al fondo.

Miedo.

-¡Si, hazlo! -Lo animó otro.

Vergüenza.

-¡Baila puta! ¡Ya tienes el dinero! -Grito una chica cerca de mi.

Ira.

-¡Que esperas, no te hagas la víctima ahora! -Escuché.

Al final, un coro de alumnos me gritaba que lo hiciera sin importarles como me sintiera, o como me afectaría en el futuro.

¡Baila, baila, baila, baila!

Y por si fuera poco, al intentar ver a Jane me di cuenta que ésta había desaparecido. ¿Se había ido? ¿Me ha dejado sola?

En medio del pasillo, a la vista de todos y en medio de un coro, me encontraba sola soportando aquel morboso y cruel momento.

Cuando me sentí capaz de reaccionar, acerque una mano a mi pecho e intente sacar el billete, pero el chico que lo había puesto me agarro de la muñeca impidiendo que lo hiciera.

-¡Detente puta!

Ya ni siquiera lograba ver. Su cara lucia borrosa por las lágrimas que se acumulaban en mis ojos.

Intente zafarme de el, pero el chico apretó mi muñeca con mas fuerza y, con su otra mano hundió aun mas el billete, pasando toda su mano por mis senos.

¡Grita! ...Me digo a mi misma.

En un abrir y cerrar de ojos observo al chico frente a mi siendo aplaudido y animado, con una sonrisa amplia... Para luego no verlo y, en vez de ello, ver la cara de Tomas.

Ahora Tomas estaba en el lugar donde antes había estado el chico, y tirado en el piso agarrándose la mandíbula, estaba él. Le chorreaba sangre incluso de la nariz y miraba a Tomas con furia.

-¡Metete el dinero en el culo hijo de puta! -Grito Tomas.

Nuevamente había llegado para ayudarme.

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Me dio pena escribir el cap, pero ya vendrán cosas mejores para Sam, lo prometo. ❤  apoyen con estrellas y acepto criticas constructivas 😊

Eres mi desafío - TERMINADO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora