ＮＵＥＳＴＲＯ ＳＥＣＲＥＴＯ || ʏᴏᴏɴᴍɪɴ•ᴊɪᴍsᴜ

Capítulo 09: Una vaca en el desayuno

—Por que estoy enamorado de alguien que no es Jungkook.

—¿Qué? —abrí los ojos demasiado sin poder creer esto. Es decir, ¿Es novio de Jungkook mientras coquetea conmigo pero está enamorado de alguien más? —¿Qué acabas de decir?

Jimin cierra los ojos y se recarga en la pared del baño, frotándose los brazos con ambas manos.

—Jimin.

—¿Sí? —su voz fue un murmullo.

Nos miramos a los ojos. En la habitación no se escucha nada a excepción de nuestras respiraciones un poco agitadas ya que los gemidos de al lado habían cesado.

—¿De quién estás enamorado?

—Hyung... —agacha la mirada, la punta de su cabeza chocando con mi barbilla. —No puedo decírtelo.

—¿Lo conozco? —mis manos en sus hombros, obligándolo a no separarse de mí.

—Sí, lo conoces.

—¿Quién es, Jimin? —ahora yo también estaba murmurando.

Me fui acercando cada vez más a el, hasta que nuestras narices casi se rozaban cuando levantó la vista.

—No me hagas decirlo, por favor, sabes que no puedo mentirte, Hyung —el párpado de un ojo le temblaba por lo nervioso que se encontraba.

—Jimin... ¿Quién es? —le volví a preguntar. Si decía que era alguien más yo...

—Eres tú.

—¿Q-qué?

—Creo... Creo que estoy enamorado de ti, Hyung —probablemente fue la manera en la que lo dijo pero solo me dieron ganas de abrazarlo al momento en el que su barbilla comenzó a temblar. El creía tener la culpa de todo cuando yo soy peor.

Mi respiración se quedó atascada y mi cabeza comenzó a dar vueltas.

—¿Y-yo?

Como no respondió, acerqué más mi rostro, colocando mis manos en sobre cuello.

—Jimin, no bromees con esto —le miré, suplicándole con la mirada.

—Hyung, sé que estoy mal pero... no lo pude evitar —sus ojos comenzaron a brillar, anunciando las lágrimas que querian salir. —Fue algo que simplemente pasó. ¡Por favor, por favor, no me odies, Hyung!.

—Jimin... —le miré cuando hizo un puchero. Sus labios se veían tan tiernos y carnosos que me moría por besarlos.

—No me quiero alejar de tí, no me alejes por favor —una lágrima comenzó a deslizarse por su mejilla. Levanté mi dedo y la limpie, impidiendo que siguiera su recorrido.

—Jimin, detente, deja de llorar —nunca me había gustado verlo llorar y que lo estuviera haciendo por mi lo hacia el doble de peor.

—¡Hyung, yo lo...!

Fue entonces que no me pude resistir y lo besé. Recargué mis pulgares en su quijada para levantarla un poco hacía mi y por primera vez me dejé llevar. Podría decir que esto no está bien en miles de idiomas pero solo sé el mío. Al inicio, me miró con sus ojitos llenos de sorpresa pero me retiré inmediatamente provocando un chasquido de labios.