Capítulo 38: Nunca te dejaré

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Me sentía horrible.
Me sentía pésimo al no poder hacer nada para que Jimin dejara de llorar.

Después de que su madre me llamara, le dije a Taehyung que despertara a los demás mientras que yo iba donde Jimin. No supe como decirle.

—Jiminnie —le llamé.

—¿Trajiste el lubricante?

—No... Jimin, tengo que decirte algo muy delicado.

—Está bien, hyung, no te preocupes. Hagamoslo sin lubricante. Ya me acostumbre —se comenzó a sacar la pijama pero le detuve con mis manos.

—No, Jimin, no es eso —dije y cerré lo ojos. Se suave, Yoongi. Ten cuidado con lo que vas a decir. —Jiminnie, amor, sabes que siempre voy a estar para ti, ¿Verdad?. No importa la hora que sea. No importa si es de día o de noche; o si me estoy bañando o haciendo cualquier cosa. Siempre estaré para ti al igual que los chicos. Puedes contar con ellos también por que todos te amamos.

—Hyung, me estás asustando.

—Jiminnie, es... Tu padre... Tuvo un accidente y él...

Ni siquiera pude terminar.

Traté de ser lo más cuidadoso posible pero... Dios, mi Jimin se desmoronó frente a mi ojos, me rogó que le dijera que su padre estaba bien pero cuando no pude negarme, cayó de rodillas sobre el suelo, gritando por su papá.

El lo presentía.

Ahora estabamos Jungkook, Jimin y yo dirigiéndonos en la camioneta hacia la casa de Jimin. Lo demás se habian quedado guardando todo, prometiendo que nos alcanzarían después de terminar. Eran las cuatro de la madrugada cuando salimos rumbo a la casa de Jimin.
Hace poco había sacado mi licencia de conducir por lo que yo iba manejando y Jimin estaba la parte de atrás siendo consolado por Jungkook. Desde mi asiento podia escuchar como le susurraba cosas al oido, tratando de calmarlo pero eso solo hacía que llorara más fuerte.

—Hyung, ¿Falta mucho? —Jungkook me habló, por lo que le miré por el espejo retrovisor.

—No, pero...

—¡Hyung!

Pise el freno justo a tiempo para no atropellar al animal que salió de la nada. El perro se fue corriendo pero yo me alcanze a golpear la frente con él volante, provocándome una leve abertura en la ceja la cual sentí al pasarme los dedos por la cara cuando sentí algo húmedo. No sentí dolor. Sacudí mi cabeza un poco, tratando de salir del shook en el que me encontraba. De repente me acorde de mis menores. Miré rápidamente hacia atrás.

—¿Están bien? —me dolía la garganta al hablar y ni siquiera podia ver bien ya que sentía que se me iba un ojo.

—S-si, n-nos alcanzamos a agarrar del asiento —tartamudeo Jungkook, sosteniendo a Jimin de un brazo mientras que con el otro se agarraba del asiento de en frente.

Entonces miró y se puso aun más palido de lo que ya estaba.

—¡Hyung, estás sangrando! —rapidamente y con movimientos torpes, se pasó al siento de enfrente, tomando mi cara entre su manos. —¡Jungkook, busca algo para curarlo!

—Estoy bien, Jiminnie —le limpie las lagrimas que salian de sus ojos, dejandole un beso en la frente. —Vuelve atras con Jungkook, pequeño.

—P-pero, hyung... —su barbilla temblaba al hace de todo por no volver a llorar.—N-no quiero q-que a ti también t-te pase a-lgo —soltó un hipo agitándose.

NUESTRO SECRETO || ʏᴏᴏɴᴍɪɴ•ᴊɪᴍsᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora